Defienden su propio estilo
Enrique Miralles y Lizardo Chijona llegan a Le Cirque
La galería Le Cirque se viste de gala al recibir a los artistas cubanos Enrique Miralles y Lizardo Chijona, quienes presentarán una selección de obras bajo el título “El grabado. Arte multiejemplar”, este sábado a las 8 p.m.
Miralles, ganador del Gran Premio al Talento y la Imaginación de la Feria Armonk Outdoor Art Show de North Castle, Nueva York, presentará 15 piezas, mientras que Chijona exhibirá 10.
Miralles compartió que su primer acercamiento con la entidad fue a partir de un encuentro de grabado al que convocó Humberto Suaste. “De allí me enamoré de Yucatán y de allí empezaron otros proyectos en colaboración con la Uady y otras instituciones privadas y artísticas”, señaló el también impulsor del taller de grabado Calle Estampa.
Explicó que su obra se nutre de todo. “Para un artista, decir ‘yo me alimento específicamente de algo’ ya es una alimentación. El arte tiene una característica importante que es un fin en sí mismo, y eso permite la libertad de crear nuevos mundos, yo creo que es lo más parecido a ser Dios que yo conozco”, dijo.
Miralles añadió que la gente tiene que ver el arte como algo con lo que se pueda reflexionar y consumir.
Por su parte, Lizardo Chijona, cuya exposición anterior en Mérida tuvo lugar en el Museo Fernando García Ponce-Macay, informó que las obras que presentará fueron realizadas a partir de la conciencia. “Yo siempre digo que se produce arte sin pensar en vender o no. Toda esta obra la trabajé a partir de la conciencia y, posiblemente, dentro de esa conciencia están los estados de ánimo”.
Conciencia diferente
Su obra la hizo en poco tiempo, incluso hubo piezas que elaboró en tres horas “porque cada día yo tenía un estado de conciencia diferente, independientemente de que había situaciones como recursos económicos que yo
no tenía como cuando produje para la muestra ‘Estática’ del Macay”.
Chijona compartió que, en cuanto al contenido de la obra, podría catalogarse como efímero. “Cada obra tiene un diálogo diferente, son a partir de la conciencia y no tiene el contenido de un proyecto como lo que se vio en el Macay que se preparó durante meses… tiene una unidad por la manera de trabajarlos pero el diálogo es diferente”, apuntó.
Para él, algunas obras son muy contundentes o cortantes. “Pero yo no tengo ganas de pintar paisajes. Sé hacerlo, pero ya no me da la gana hacerlo; pero está la costumbre generalizada de que un artista solo debe pintar cosas bonitas. Y yo no lo voy a hacer”.
El asunto está en la apreciación, apuntó Miralles. “Hay belleza en lo grotesco, hay belleza en lo contrario a la lírica”.—