Diario de Yucatán

Divina Cachita

- FRANCK FERNÁNDEZ (*) (altus@sureste.com)

La antigua ciudad de Brujas, en el norte de Bélgica, fue en el medioevo una ciudad rica por su comercio, las naciones de la época tenían su representa­ción diplomátic­a en la misma y este era el caso del Reino de Aragón, antes de que Fernando se casara con Isabel de Castilla en 1469 para juntos comenzar la vía de unificació­n de la España que conocemos hoy.

En lo que fuera la embajada del Reino de Aragón en Brujas encontramo­s hoy un hotel donde en el otoño de 1985 se celebró el brindis de la boda de mi mejor amiga y madre de mi ahijado Julián. Allí conocí al Sr. Cantanero del Castillo, parlamenta­rio de las Cortes españolas.

Se acercó a mí diciéndome: “Al fin te conozco, los novios hablan mucho de ti. Eres el amigo cubano. Mi abuelo fue el capitán del Castillo de la Cabaña”. Yo le respondí: “Pues mi bisabuelo fue teniente del Ejército Mambí. Mambises fueron aquéllos que lucharon a finales del siglo XIX por la independen­cia de Cuba”.

Él me preguntó: “¿Piensas que tu bisabuelo hubiera luchado contra España de saber que 50 años más tarde la República Cubana sería comunista?” Respondí: “Definitiva­mente no, mi bisabuelo era profundame­nte anticomuni­sta y por suerte murió en 1959 ya sin su cabeza antes de darse cuenta de lo que estaba pasando”.

Y es que a los mambises le debemos no solo la independen­cia de Cuba sino también el reconocimi­ento de Nuestra Señora de la Caridad del Cobre, patrona de Cuba.

Llegaron a un islote que se llama Cayo Francés y allí tuvieron que esperar tres días por la inclemenci­a del tiempo. Al regresar a tierra firme desde su canoa vieron ————— (*) Traductor, intérprete y filólogo. algo blanco que brillaba sobre el mar. Al acercarse se dieron cuenta de que era una imagen vestida de blanco y con su ropa seca.

Traía una banda que decía: Yo soy la Virgen de la Caridad. Los tres Juanes, que así era el nombre de los de la canoa, la llevaron al poblado donde vivían, Marajagua, y el cura del pueblo, Francisco Bonilla con gran alegría la llevó a la capilla. Tres años después decidieron llevarla al Sur, a un poblado situado sobre una mina de cobre y cerca de Santiago de Cuba.

En 1930, el arzobispo de Santiago de Cuba la coronó y en 1998 fue proclamada Reina de Cuba por el muy querido Juan Pablo II.

Más tarde, Benedicto XVI también fue a visitar su basílica a la que todos los cubanos llaman cariñosame­nte Cachita.

En la Basílica de El Cobre encontramo­s todo tipo de exvotos, siendo uno de los más notables la medalla que recibió Ernest Hemingway por su Premio Nóbel de Literatura en 1954 por su libro “El Viejo y el Mar” que se desarrolla en Cuba.

Cachita no solo está en el corazón de los cubanos. En México tiene varios templos, así como en Puerto Rico, Colombia, Venezuela y Ecuador. En Islas Mujeres los pescadores la reconocen como patrona en sus faenas en el mar. También es venerada en Chicxulub Puerto.

De ella hay una imagen en la Iglesia de San Cristóbal en la calle 50.

Cada 8 de septiembre, como en Cuba, celebran una solemne misa que tradiciona­lmente termina con un concierto de mariachis.

La Virgen de la Caridad, Cachita u Ochún es un elemento aglutinado­r de todos los cubanos, incluso los no católicos o no creyentes.

Es madre por encima de credos, edades, situación económica y política.

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