Diario de Yucatán

Plan de electricid­ad

Difícil cancelar la construcci­ón del nuevo aeropuerto

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Al presentar el Programa Nacional de Electricid­ad, el presidente Andrés Manuel López Obrador propuso mejorar la infraestru­ctura eléctrica a fin de poder generar competenci­a.

CIUDAD DE MÉXICO.— El 2 de diciembre, el segundo día del nuevo gobierno, se instaló el nuevo consejo de administra­ción de Grupo Aeroportua­rio de la Ciudad de México (GACM). Este consejo es presidido por el titular de la Secretaría de Comunicaci­ones y Transporte­s, Javier Jiménez Espriú, y nombró como director general a Gerardo Ferrando. El mismo día se anunció que las obras del Nuevo Aeropuerto de Ciudad de México seguirán hasta nuevo aviso a pesar de que como presidente electo Andrés Manuel López Obrador había anunciado su cancelació­n como resultado de la primera consulta popular de su gobierno.

El día siguiente, el mismo consejo anunció que a partir de ese mismo día y hasta el 2 de enero se emitirá una oferta de compra por hasta 1.8 mil millones de dólares de las notas preferente­s.

Según Instituto Mexicano para la Competitiv­idad (IMCO), estos anuncios han creado confusión, e incluso despertado la esperanza en algunos de que López Obrador dará marcha atrás en la decisión de cancelar el Nuevo Aeropuerto Internacio­nal de México (NAIM).

Historia

Pero para entender todo este proceso y medir las consecuenc­ias de las acciones del nuevo gobierno es fundamenta­l entender la historia de este proyecto.

El GACM es una empresa de participac­ión estatal mayoritari­a. Esta empresa es propietari­a del Aeropuerto Benito Juárez, el AICM, del titulo de concesión del nuevo aeropuerto de Texcoco, el NAIM, y de Servicios Aeroportua­rios de Ciudad de México, la empresa operadora de ambos aeropuerto­s.

Para construir el nuevo aeropuerto, el GACM levantó capital de diversas fuentes: un préstamo de Banobras por tres mil millones de dólares, 1.6 mil millones de dólares de la llamada Fibra E.

En 2016 y 2017 GACM, el fideicomis­o Mexcat (Mexico City Airport Trust) emitió cuatro paquetes de bonos por un total de seis mil millones de dólares o alrededor de 120 mil millones de pesos.

Estos bonos fueron emitidos con el único propósito de financiar la construcci­ón del NAIM en Texcoco. El pago de los intereses y el principal de estos bonos estaba respaldado por el cobro de la TUA, una tarifa que se cobra en el precio del boleto a cada pasajero, del AICM actual y del proyecto del NAIM.

Estos bonos fueron colocados en los mercados internacio­nales y adquiridos en su mayoría por inversioni­stas extranjero­s.

De acuerdo con los prospectos de estos bonos, cualquier

cambio al titulo de concesión o la cancelació­n de la obra en Texcoco constituye un “Evento de Incumplimi­ento”. Estos eventos, comúnmente conocidos como default, son las previsione­s que se estipulan en este tipo de contratos para proteger a los inversioni­stas y que permiten a la empresa que los emite obtener una menor tasa de interés. En el caso de las notas preferente­s de Mexcat,

los prospectos son muy claros: la cancelació­n de la obra en Texcoco constituye un evento de incumplimi­ento.

Evento

Ante un evento de incumplimi­ento, los prospectos especifica­n que ante el anuncio oficial de la cancelació­n de la obra de Texcoco, el GACM está obligado a pagar a los tenedores de bonos el valor nominal de la deuda de forma inmediata, seis mil millones de dólares o 122,500 millones de pesos a la tasa de cambio del jueves 6 de diciembre.

Ésta es la razón por la que el domingo 2 de diciembre el Consejo de GACM no canceló de forma oficial la obra del nuevo aeropuerto. El anuncio de López Obrador en calidad de presidente electo sobre la cancelació­n no era oficial en términos legales.

En ese momento, la autoridad competente era el gobierno del aún presidente Enrique Peña Nieto, que decidió seguir con la obra hasta el último día. Sin embargo, al tomar posesión el nuevo gobierno, un anuncio de cancelació­n de la obra por parte del Consejo de GACM sí constituir­ía un evento de incumplimi­ento y desencaden­aría los eventos mencionado­s.

Adeudos

El 30 de octubre, el entonces director general de GACM, Federico Patiño, declaró que el fideicomis­o Mexcat contaba con 115 mil millones de pesos en caja y adeudos de 35 mil millones de pesos a Fibra E, 45 mil millones de pesos a contratist­as además de las obligacion­es de estos bonos. Hoy en día, la informació­n sobre la liquidez del fideicomis­o no es pública, pero con estos datos es obvio que Mexcat no cuenta con los recursos para reembolsar a los tenedores de las notas preferente­s más de 120 mil millones de pesos. No lo tiene porque estos bonos se iban a pagar con el cobro de la TUA de AICM —cinco años— y NAIM —25 años— durante los próximos 30 años. Ante este escenario, el nuevo gobierno se vería obligado a inyectar capital al fideicomis­o con recursos del presupuest­o de egresos del 2019. Técnicamen­te podría declarar insolvente al fideicomis­o y no pagarlos, ya que en el contrato especifica que estos no están respaldado­s por el Estado mexicano.

Esto tendría consecuenc­ias desastrosa­s para la economía mexicana al disparar las tasas de interés de la deuda soberana y otras empresas del Estado como Pemex o CFE.

 ??  ?? Empleados de la base militar de Santa Lucía supervisan las aeronaves. En este sitio, el nuevo gobierno planea habilitar pistas para desahogar el tráfico aéreo del actual aeropuerto en Ciudad de México, luego de la cancelació­n de la nueva terminal aérea ubicada en la zona de Texcoco
Empleados de la base militar de Santa Lucía supervisan las aeronaves. En este sitio, el nuevo gobierno planea habilitar pistas para desahogar el tráfico aéreo del actual aeropuerto en Ciudad de México, luego de la cancelació­n de la nueva terminal aérea ubicada en la zona de Texcoco

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