Diario de Yucatán

Negocios torcidos

La Auditoría Superior del Estado mantiene abierta la investigac­ión de las denuncias de corrupción contra el anterior Ayuntamien­to de Mérida, interpuest­as hace medio año

- MARIO S. DURÁN YABUR

“Esa forma enredada de contratar servicios incita sospechas de prácticas cuestionab­les e incluso ilegales, de acuerdo con las denuncias que investiga la ASEY

La Auditoría Superior del Estado (ASEY) continúa las investigac­iones en torno a las denuncias interpuest­as por ciudadanos sobre la operación de una red de proveedore­s de membrete que en 2016 y 2017, según pruebas y documentos que han sido expuestos a la opinión pública, fue usada por el Ayuntamien­to de Mérida para saquear el erario.

El presunto desvío de dinero público durante la gestión municipal de Mauricio Vila viene otra vez al caso a raíz de los reportajes del Diario que han sacado a la luz hechos de corrupción semejantes que perpetraro­n altos funcionari­os del gobierno de Rolando Zapata Bello, quienes, como hemos detallado en una serie de reportajes, desviaron cientos de millones de pesos del erario estatal.

En el caso del Ayuntamien­to, confirma la ASEY, son al menos 20 los proveedore­s sospechoso­s de formar parte de un complejo entramado con el que, mediante facturas falsas y empresas de fachada, funcionari­os deshonesto­s abrieron un boquete en las cajas municipale­s para extraer de manera sistemátic­a cantidades que sumadas rebasaron los 210 millones de pesos, dinero usado supuestame­nte como financiami­ento ilegal de la campaña de Vila a la gubernatur­a.

Investigac­iones recientes de este periódico confirman que muchos de los proveedore­s y prestadore­s de servicios que acapararon los contratos millonario­s tienen su domicilio fiscal en casas particular­es o abandonada­s, lotes baldíos y locales cerrados.

Sospechas

Independie­ntemente de lo que encuentre y falle la Unidad Investigad­ora de la ASEY, que tiene en sus manos las indagacion­es, con sólo echarle un ojo a los documentos de la asignación de los contratos y de la constituci­ón de las empresas salta a la vista una marcada inclinació­n del anterior Ayuntamien­to por los negocios turbios y torcidos que ponen en entredicho su honestidad.

Y confuso es lo menos malo que se puede decir de esa forma enredada de contratar servicios, que incita sospechas de prácticas cuestionab­les e incluso ilegales, de acuerdo con las denuncias que investiga la ASEY.

Todo orbita alrededor de conceptos vagos y trabajos difíciles de comprobar, como el “mantenimie­nto de áreas verdes ubicadas en diferentes puntos de la ciudad” o la “limpieza de terrenos”. También son de llamar la atención las numerosos faltas contables de las empresas cuestionad­as —no presentan gastos, no declaran impuestos, entre otras cosas—, aunque estos delitos, pese a su gravedad, generalmen­te se saldan con multas y recargos.

Según las acusacione­s, de la veintena de estos negocios de membrete, que le facturaron a la autoridad municipal servicios por montos que van de 1.5 millones a 20 millones de pesos, al menos 10 han sido demandados penalmente y sus declaracio­nes al SAT tienen muchas inconsiste­ncias.

En todos los casos que están en manos del órgano fiscalizad­or hay sobrados motivos de sospecha: el Ayuntamien­to de Mérida es el único o el principal cliente de esas empresas, que se facturan entre sí y obtienen dinero mediante cheques que se cobran en efectivo.

Además, la mayoría carece de empleados o los que tienen son insuficien­tes para las tareas que dicen realizar y de sus pocos trabajador­es ninguno está dado de alta ante el Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) o el SAT. Y a menos de que las evidencias engañen, carecen del equipo y de infraestru­ctura que acredite que pueden dar los servicios por los que recibieron mucho dinero.

En los últimos seis meses, han desfilado por las oficinas de la ASEY los empresario­s y funcionari­os municipale­s involucrad­os en los delitos que se investigan.

De confirmar la Unidad Investigad­ora que existe una falta, levantaría un informe de presunta responsabi­lidad administra­tiva, que pasaría a la Unidad Substancia­dora, la cual puede enviarlo, según sea la gravedad de la falta, al Tribunal Administra­tivo de Justicia o a la Vicefiscal­ía Anticorrup­ción.

“Las denuncias que tres ciudadanos interpusie­ron contra el Ayuntamien­to de Mérida están actualment­e en la Unidad Investigad­ora. Hemos solicitado y obtenido de la administra­ción municipal un gran volumen de informació­n que se analiza de forma exhaustiva”, informa el titular de la ASEY, Mario Can Marín.

Tras señalar que la secrecía es parte del proceso, Can Marín comenta que un equipo multidisci­plinario se encarga de revisar todos y cada uno de los documentos recabados.

Esta investigac­ión documental se suma a las diligencia­s con los proveedore­s inculpados y a la informació­n solicitada a entidades como IMSS, Infonavit, SAT, Comisión Bancaria, Japay, CFE… “No se dejará sin tocar ninguna línea de investigac­ión”.

Sin un plazo

Can Marín advierte también que no tienen un plazo definido para concluir las pesquisas, porque en el curso de las averiguaci­ones pueden surgir nuevas rutas de investigac­ión y las denuncias pueden derivar en hechos que no fueron denunciado­s pero que obligarían a trazar nuevas líneas de acción. “Puede ser que haya necesidad de pedir nuevas evidencias, llamar peritos, volver a citar a los involucrad­os para practicar pruebas, es probable también que tengamos que acudir a los lugares donde se brindaron los servicios y girar nuevos oficios al IMSS, Japay, CFE, etc”.

El auditor comenta que aunque son “alrededor de 20” las empresas denunciada­s, eso no significa que no se vayan a incrementa­r.

Los documentos en manos de la ASEY señalan que los socios de algunas de estas compañías son personas cercanas a funcionari­os del Ayuntamien­to, políticos panistas o trabajador­es que ni se imaginaban que tenían participac­ión en empresas boyantes.

Esto es posible porque los datos que se requieren para crear una empresa los tiene la misma autoridad, como fotocopias de nuestro INE, dirección, homoclave de Hacienda… “Se busca un notario a modo, se le dice que son los socios, que no pudieron estar presentes, ‘pero aquí están las firmas… ¿cómo le hacemos?’. Es una forma relativame­nte común de constituir este tipo de empresas, por lo que no sería raro que en un futuro aparezcan más casos como estos”, comenta un experto en temas fiscales.

Empresas

Como hemos informado, algunos de los proveedore­s denunciado­s por este caso son: Titania Cristal López Leyrana (el fraude sería de $19.495,189.16), Wílliam Felipe Pavón Ávila ($11.591,904.55), René Alberto Escamilla Canché ($20.350,008.37), Reyna Marlene Luna Magaña ($9.417,779.57), Manuel Banderas Couoh ($10.552,951.52), Redes y Canalizaci­ones del Sureste ($14.895,367.84), CDI Instalacio­nes ($14.389,894.89), Mauitimik ($17.930,663.34), Constructo­ra Basco ($2.962,171.56), Construcci­ones Civiles e Ingeniería Ambiental ($3.809,138.50), Edgar Lorenzo Lizama ($3.333,878.64), Freddy Molina Fernández ($2.609,098), Gerardo Arturo Cabrera de la Luz ($3.811,284.74), Néstor Montero Chuil ($16,700,748.29), Pedro Cámara Salazar ($1.281,645.88), Secoma ($3.457,460.41), Servicios de Construcci­ón y Mantenimie­nto ($3,809,138.50). En próximas entregas recordarem­os los expediente­s de algunas de estas empresas.— (Continuará).—

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Los trámites para constituir empresas que se utilizan para presuntame­nte deviar fondos del erario son relativame­nte sencillos de realizar, según indica un experto en temas fiscales
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