Falta de registros
Sin clasificar los casos de mujeres indígenas muertas
CIUDAD DE MÉXICO (Notimex).— En 2017, el cadáver de Vanessa, estudiante de bachillerato de 16 años, fue hallado con huellas de violencia en un camino del municipio de Tamazunchale, San Luis Potosí, y aunque era originaria de la comunidad de Xicontla, en esa entidad, nunca se registró si se trató de una mujer indígena.
Esa situación se repite cientos de veces, pues mientras las comunidades indígenas reportan cada vez a más mujeres desaparecidas, violentadas, asesinadas o víctimas de trata, no existen registros que hagan una distinción sobre ese sector, pues uno de los problemas es que las autoridades y medios de comunicación invisibilizan el tema.
Página de Facebook
El caso de Vanessa, así como muchos otros, se encuentra en la página Alerta Comunitaria de Género en Facebook, un espacio que organizaciones decidieron abrir para discernir entre los feminicidios de las zonas urbanas y la comunidad indígena, a fin de mantener un reporte que les permita llevar datos a quienes toman decisiones y se puedan generar políticas públicas.
“La mayoría de las notas rojas suceden en los municipios indígenas en Chiapas, Estado de México o Michoacán, de donde yo soy originaria, pero solo dicen ‘mujer es encontrada muerta o apuñalada’, pero no dicen si es de una comunidad indígena o si es migrante”, explicó Patricia Torres, integrante de la Coordinadora Nacional de Mujeres Indígenas (Conami).
Abundó que en dicha agrupación existe una comisión en donde se trabaja la violencia comunitaria de género, para intentar sensibilizar a gobiernos y encontrar datos sobre feminicidio.
Patricia Torres reveló que entre sus herramientas mantiene desde 2013 la cuenta de Facebook, donde han reportado casos de niñas indígenas entre dos y cuatro años, hasta adolescentes que han sido asesinadas por abusadores sexuales.
Consternada también, la excoordinadora nacional de la Conami Fabiola del Jurado Mendoza expuso que los casos
de feminicidios han sido reportados en regiones de Morelos, Oaxaca y Quintana Roo, por lo que urgió a que los observatorios de violencia contra las féminas consideren la perspectiva étnica.
“Muchas de las mujeres asesinadas en Juárez seguramente eran indígenas porque hay mucha migración de las comunidades, pero nunca hubo registro”, explicó.
En tanto, Fátima Gamboa, de la Red de Abogadas Indígenas y de Equis Justicia para las Mujeres, sostuvo que la justicia estatal es inaccesible y lejana “con procedimientos largos y absurdos, además de una justicia que no está en tu idioma”.
La maestra en derechos humanos indicó que tras realizar 160 entrevistas en cinco municipios mayas de Yucatán, “el resultado fue que ninguna conocía ni qué era, ni para qué servían los centros de justicia; tampoco conocían qué era el Poder Judicial, ni siquiera lo que hacía y mucho menos qué era la defensoría pública”.
“No es que las mujeres indígenas desconozcan sus derechos, sino porque existe una exclusión del Estado, que no se ha preocupado por tener un acercamiento”.