Palestinos pone fin a su ciclo de actividades
Convivio, entrega de trofeos y magia con el Tío Salim
Hay coincidencias afortunadas. En el Día del Padre, el club deportivo Palestinos efectuó la convivencia por el final del curso 2018-2019 en sus instalaciones, ahí donde la calle 42 se encuentra con el Periférico.
Los jóvenes alumnos, con sus padres y entrenadores, no solamente degustaron un sabroso desayuno, recibieron constancias o trofeos y se divirtieron con las rutinas del mago Salim, sino que, con las palabras del director, maestro Antonio Osorio Vázquez, reflexionaron sobre las metas alcanzadas en el curso que finalizó.
No solo son deportivos, de competencia física, los objetivos de Palestinos. Uno de sus afanes es colaborar con los requerimientos de las comunidades del sur meridano, en calles y parques de diversas colonias. Efectuar tareas de apoyo como acercarse a los ancianos, pintar albarradas, limpiar camellones y sembrar árboles.
Esta última labor —se comentó— fue la más insistente durante el curso, pues son evidentes los daños en el ambiente (alzas de temperatura, errático ritmo de lluvias) que provoca la deforestación, el indiscriminado abatimiento de árboles frutales y de ornato.
Tras la entrega de constancias anuales y los trofeos obtenidos —los equipos de Semillas e Infantil Menor alcanzaron primeros lugares en la liga Marcelino Champagnat— vino la presentación del Tío Salim.
La magia del Tío Salim no radica en desvanecer objetos o engañar a la vista con aparentes portentos; no consiste en formular chistes con los cuales se consiga que los niños chimuelos expongan sus dañadas albarradas.
La verdadera magia de Salim descansa en esa manera sencilla, de confianza familiar, como involucra las apetencias vitales de los muy jóvenes en una serie de parlamentos en los que la enseñanza de valores éticos y sociales se abre camino en forma paulatina y amena.
Tras dos horas de convivencia, los socios de Palestinos fueron convocados para el próximo mes de agosto.—