Activismo de la generación Z
“El activismo funciona. Así que actúa” —Tuit de Greta Thunberg
El 20 de agosto del año pasado una joven de quince años decidió cambiar el mundo.
Faltaban un par de semanas para las elecciones generales de Suecia, su país natal. ¿El plan maestro? Greta Thunberg faltó el viernes al colegio, se sentó en la plaza central de Estocolmo de cara al parlamento sueco y levantó una pancarta escrita a mano que decía, simplemente, “Skolstrejk for Klimatet” (“huelga escolar por el clima”).
Sin embargo, lo que arrancó como una protesta solitaria pronto, gracias a la viralización de las redes, se convirtió en un modelo ————— (*) Empresario de protesta que se ha reproducido en otras 270 ciudades en países como Austria, Bélgica, Alemania y Dinamarca, pero también en otros como Canadá, Estados Unidos, Australia y hasta Japón.
Desde ese viernes, más de un millón y medio de estudiantes han participado en huelgas escolares similares por el cambio climático.
En menos de un año, Greta ha visitado al papa Francisco, ha tenido una intervención en el Parlamento Europeo, estuvo en TEDxStockholm y pronunció un potente discurso en la COP24 de la Organización de las Naciones Unidas. En marzo de 2019, legisladores noruegos la propusieron para el Premio Nobel de la Paz.
Quizá lo más característico del activismo de Greta es el estilo filoso y directo que utiliza para comunicar su mensaje. Cuando le preguntaron sobre los efectos negativos de faltar a la escuela para protestar, Greta respondió con ironía: “¿De qué sirve estudiar datos cuando vivimos en una sociedad en la que los datos no cuentan?” Y: “¿De qué sirve aprender si no vamos a tener un futuro?”
Ante los legisladores europeos declaró: “Quiero que entren en pánico. Quiero que actúen como si la casa estuviera en llamas”. También desde Twitter —plataforma que utiliza para compartir diariamente información sobre el calentamiento global—: “Es 2019. ¿Podemos dejar de decir ‘cambio climático’ y empezar a llamarlo por lo que es: colapso climático, crisis climática, emergencia climática, colapso ecológico, crisis y emergencia ecológicas?”
Hay algo eminentemente contemporáneo y disruptivo en la figura de Greta Thunberg. En el momento del ascenso de las posverdades, de los discursos maniqueos, una joven activista ha iniciado un movimiento político abanderada de la ciencia e información rigurosa.
Frente a las ambigüedades y la retórica en que incurren los políticos, ha apostado por decir las cosas como son con un dejo de urgencia. Esto la ha convertido instantáneamente en uno de los primeros íconos políticos de la generación Z.
Mucho se ha avanzado en materia de medioambiente en los últimos años. Nunca como hoy el tema medioambiental ha sido tan prioritario en la agenda internacional. La inversión en energía verde y los cambios de dieta empiezan a ser, asimismo, cada vez más comunes.
Sin embargo, todavía no ha sido suficiente: hay que acelerar el paso para avanzar en estas transiciones, hay que cambiar nuestra manera de producir, consumir y estar en el mundo. Sobre todo, como nos enseña Greta, no hay que dejar las promesas en palabras: hay que actuar.
En menos de 280 caracteres: Hace dos semanas se inauguró la planta fotovoltaica “San Ignacio” en Progreso. Enhorabuena: este es el camino.— Mérida, Yucatán.