Botón de muestra sobre prioridades políticas
Aunque apenas transcurre el primer año del trienio de la gestión municipal, los alcaldes yucatecos, si no todos sí muchos, tienen en sus planes políticos asuntos más importantes que atender las obligaciones para las que fueron electos.
Para muestra un botón. El Diario nos informa en su columna Plaza Grande sobre la visita que la diputada panista Kathia Bolio Pinelo hizo a la alcaldesa y al síndico de Río Lagartos (los nombres proporcionados corresponden a las autoridades de San Felipe) para entregarles el exhorto para que dejen de cometer ecocidio en ese puerto. La respuesta de las autoridades porteñas fue contundente: “lo que nos mande el Congreso nos vale m….”
Esta respuesta tan folklórica y tan fuera de lugar nos da pie a pensar y suponer que los planes de los presidentes municipales están relacionados con su futuro personal, que está muy alejado del bienestar comunitario.
A partir de las elecciones del año pasado, se abrió una puerta que da a los primeros regidores doble oportunidad de continuar ocupando puestos en el servicio público, aunque no entiendan cuáles son los fines de esas oportunidades.
Esos alcaldes lo que quieren es seguir mandando y no despegarse de la ubre que les soluciona sus problemas personales.
Pueden ser reelectos o pueden aspirar a una diputación local. Y aquí cabe una pregunta: ¿Qué autoridad u organismo revisa el perfil de quien aspira a un puesto de elección popular? Y me refiero a que no se limiten a llenar los requisitos tradicionales sino que se documenten en relación con su preparación escolar, sus antecedentes personales que se cubren con un documento expedido por las autoridades judiciales que hace constar ————— (*) Cronista y exalcalde de Tizimín que el sujeto en cuestión no cuenta con antecedentes penales, como si para ser presidente municipal fuera suficiente con no ser delincuente.
Pienso que los aspirantes a servir a una comunidad deberían pasar por exámenes médicos, pruebas sicológicas, antecedentes laborales y todo lo que pueda asegurar que el aspirante tiene las condiciones necesarias para que sus planes y proyectos no caigan en la improvisación y sí ofrezcan confianza sobre su futuro trabajo en caso de ganar la elección.
Desde luego que los partidos políticos tienen la libertad de postular como candidatos a quien ellos creen que se trata del ideal, pero no sería oficioso e inservible la opinión de las autoridades electorales o del organismo que se haga cargo del perfil personal de quien aspire.
Creo que el pueblo votaría con más confianza y seguridad y también creo que se terminaría la obligación, que muchas veces es a regañadientes, de votar obligatoriamente por el candidato impuesto por el partido por el que tradicionalmente votan. Eso no sería cambiar de partido. Sería votar por el candidato que ofrezca seriedad y seguridad en su trabajo como funcionario.
El pueblo tiene memoria y sabe que hay funcionarios trabajando en dependencias donde reina el amiguismo y el interés personal. Funcionarios que se enriquecieron escandalosamente en labores anteriores y que hoy siguen ocupando puestos que les siguen redituando ganancias indebidas.
Y muchas veces esos funcionarios son escogidos por los partidos como candidatos a puestos de elección popular. A través del tiempo, después de algunos meses, los ciudadanos se encogen de hombros al comentar la actitud del alcalde por quien votaron.
En la elección de 2018 los votantes ya estaban hastiados de la corrupción y la impunidad, de ver cómo se hacía lo contrario de lo que se debía de hacer y Morena tuvo una votación histórica que remitió al PAN y al PRI a lugares electorales de donde les será imposible salir, al menos en las elecciones de 2021 y 2024. El PAN está diluido y el PRI afronta una guerra interna con los pocos miembros que le quedaron por ocupar la dirigencia nacional. Por cierto, creo que Morena tiene que integrar su estructura y escoger mejor a sus funcionarios. Esto viene a cuento porque el superdelegado por Yucatán está más interesado en repartir puestos a sus allegados, la mayoría panistas, sin importar que llenen el perfil para lograr un capital político.
La verdad, no creo que el presidente López Obrador esté muy de acuerdo ahora que ha declarado insistentemente que lo más importante es la unidad. Es todo por hoy.— Tizimín, Yucatán.