Diario de Yucatán

Empeora la crisis pesquera

Amarrados, 540 barcos por la baja captura de mero

- GABINO TZEC VALLE

PROGRESO.— Ante la baja captura de mero, ya casi todos los barcos pesqueros están amarrados en los muelles de Yucalpetén.

La actividad pesquera está semiparali­zada y, de los 600 barcos que forman parte de la flota escamera, solo el 10 por ciento está trabajando.

Manuel Sánchez González, presidente de Armadores Pesqueros, señala que en esos 60 barcos laboran unos 240 pescadores, pues cada uno lleva cuatro tripulante­s para la captura de mero.

De los 2,400 pescadores que deben laborar en los 600 barcos durante la temporada de mero, que se inició el 1 de abril, solo el 10% trabaja.

Poco más de 2,000 hombres de mar se encuentran inactivos, lo que representa un duro golpe para la economía de los hogares progreseño­s.

La crisis en que se encuentra sumida la industria pesquera se podría superar cuando se inicie la temporada de pulpo, el 1 de agosto, pero hay dudas de que así sea porque, según Sánchez González, en las congelador­as aún hay molusco de la pulpeada de 2018.

Desde que comenzó la temporada de mero, el 1 de abril, no hay ganancias, pues por la baja captura se afrontan pérdidas de $120,000, en promedio, por embarcació­n.

Cada barco ya dio dos o tres viajes y, al no haber utilidades, los armadores (dueños) decidieron amarrarlos en los muelles y suspendier­on también la entrega de anticipos y préstamos a patrones y pescadores.

“Las pérdidas del sector pesquero, de abril a la fecha, se estiman en unos $150,000 millones; ante esa preocupant­e situación, los dueños de barcos ya no pueden seguir aguantando y se decidió amarrar las embarcacio­nes, conforme van arribando a Yucalpetén, y esperar a que mejore el panorama y comience la pulpeada”, señaló Sánchez González.

También dijo que los volúmenes de captura no mejoran, los barcos arriban con de 300 a 500 kilos.

Son muy contados los que llegan con 1,000 y 1,500 kilos, pero se tienen que alejar de la costa con el consiguien­te gasto de combustibl­e y riesgos de trabajar en aguas profundas y a grandes distancias de la costa, agregó.

Los ahorros de la pulpeada de 2018, agregó el dirigente pesquero, ya se agotaron, la pesca está sumida en grave crisis, los pescadores ya no tienen recursos, se ven obligados a llevar en casas de empeño los bienes que adquiriero­n durante la temporada de pulpo.

Esta crítica situación es peor que en la época de los dos meses de la veda del mero (febrero y marzo), porque no hay apoyo oficial del gobierno y los pescadores se la ven muy negras, precisó.

En la veda, al menos los hombres de mar reciben despensas y apoyo económico.

Sánchez González dijo que solo queda esperar la pulpeada, pero hay incertidum­bre, no se sabe si habrá demanda en el extranjero y si habrá producto porque se captura de manera furtiva.—

Desde que comenzó la temporada de mero, no hay ganancias... se afrontan pérdidas de $120,000, en promedio, por embarcació­n

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La flota de los barcos pesqueros está amarrada en los muelles de Yucalpetén, por la baja pesca de mero. Los dueños de las embarcacio­nes esperan la temporada de pulpo, que va de agosto a diciembre

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