Se encienden las alarmas
Violencia en un juego de la LIBY por segunda semana, y también en la Liga Estatal de fútbol
Dos actos de violencia en los deportes más practicados en la entidad pusieron en alerta a las cúpulas de esas concurridas disciplinas.
Aunque la Liga Intermunicipal de Béisbol Yucateca (LIBY) anunció ayer el veto por dos años al campo de Celestún, sigue causando alarma el hecho de que por segunda semana se suscitan actos lamentables de violencia en escenarios de ese circuito de Primera Fuerza.
Una semana antes había sido el campo de la comunidad sureña de Maní donde se dieron situaciones similares, cuando un umpire fue agredido por el mánager del equipo local, Comercial Pérez, y luego del público surgió un proyectil que alcanzó a golpear al hombre de azul, Roberto Díaz.
Pero no sólo el béisbol estuvo esa situación. El mismo día de la bronca en Celestún, la Liga Estatal de Primera Fuerza se “sumó” a los lamentables sucesos pues en Conkal, donde se enfrentaban los Zapateros de Ticul y los Cuervos de casa, en la liguilla de la principal categoría del balompié yucateco, una bronca entre jugadores terminó con batalla campal con elementos de los dos equipos y luego hubo invasión de aficionados contenida por la participación de elementos policíacos.
En Celestún ocurrió que los Pescadores de Dzilam González vencían 9-0 en la octava entrada a los Pulperos de casa en el segundo partido de la serie de postemporada. El serpentinero Said Gutiérrez Jr. hizo abanicar la brisa a un rival y en el swing la pelota fue al pecho del pulpero, lo que aparentaba el tercer aut.
El bateador reclamó al receptor y allí comenzó todo. Batalla entre jugadores de los dos equipos y luego la invasión de aficionados al campo, con botellas. A Said Gutiérrez papá, exreceptor profesional que estaba en la banca, lo persiguieron y agredieron con un botellazo en una pierna, que ameritó puntos de sutura, y también le propinaron un batazo en la espalda.
No hubo, porque no había, intervención policíaca y la batalla campal se dio por varios minutos entre aficionados y jugadores locales persiguiendo a los elementos rivales. De acuerdo con vídeos, se puede ver la persecución y cómo se arrojan objetos y se golpea a los visitantes.
La LIBY, que preside Diego Díaz, informó que vetó el campo celestunense por dos años, mismo castigo que aplicó una semana antes al estadio de Maní, precisamente en otra semifinal.
No se menciona en el comunicado del circuito que exista sanción para algún jugador de los que tomaron parte en la gresca y que en los vídeos se aprecia su intervención directa.
Llega al fútbol
Del caso de Conkal, no han presentado el dictamen por la Liga de Primera Fuerza.
El presidente de la Asociación Yucateca de Béisbol, Rudy Amaro Benítez, y el de la Asociación de Fútbol, Manuel Martín Medina, manifestaron ayer su repudio por los hechos violentos, en especial porque se trata de “dos ligas de mucha importancia para Yucatán”, aunque en el caso de la LIBY no está afiliada a la Asociación.
“En este caso, no porque sea una liga no afiliada vamos a desajenarnos del asunto. El afectado es el béisbol y vamos a tratar de que en todos los campos donde se juegue este deporte existan garantías de seguridad para peloteros y para aficionados. Afecta a todos porque los malos ejemplos cunden, lamentablemente”, dijo Amaro Benítez. “Van dos semanas seguidas que ocurre. Y no debe seguir pasando”.
Casi en los mismos términos se refirió Martín Medina. “Repudiamos todo acto de violencia en las canchas, en cualquier liga que sea. Esto no puede seguir pasando y estamos en espera de un reporte completo de la Liga Estatal de Primera Fuerza para saber qué procederá. Sabemos que se suscitó un acto violento. Tenemos vídeos y hay otros vídeos igual que muestran lo que ocurrió. Se tomarán las medidas que sean necesarias”.
Otros sucesos
En semanas recientes también se dio un acto de batalla campal en un partido de la Liga Nuevos Valores, en Pacabtún, con intervención de jugadores de dos equipos que llegaron fuertemente a los golpes. Y antes, en Umán, en un partido de Primera A de fútbol, ocurrió lo mismo.
Los ánimos de aficionados están encendidos y eso preocupa porque están subiendo de tono los sucesos extradeportivos en las canchas.—