Diario de Yucatán

Corrupción y empresas fantasma

- MARIO BENJAMÍN VALADEZ MERAZ (*)

No sé si las denuncias presentada­s el 14 de enero por la titular de la Contralorí­a General del Estado, Lizbeth Basto Avilés, ante la Vicefiscal­ía Especializ­ada en Combate a la Corrupción y ante la Auditoría Superior del Estado de Yucatán (Asey) por supuestas irregulari­dades en la administra­ción de Rolando Zapata Bello quedarán impunes, pero los titulares de esos organismos, José Enrique Goff Ailloud y Mario Can Marín, respectiva­mente, no tuvieron el compromiso para aclararlas.

Central 9, aun sin ser un órgano de vigilancia de los recursos públicos, descubrió lo que esas institucio­nes no pudieron detectar: la proliferac­ión de un sin fin de desvíos al erario a través de empresas fantasmas. ————— (*) Contador-auditor. Exasesor de gobiernos emanados del PRI

El Diario hizo su trabajo, solo se necesita aplicar las normas de auditoría generalmen­te aceptadas para concluirla­s y emitir los dictámenes.

Pero ¿cómo pueden pedirse resultados a quienes son empleados del gobierno? Es tanto como morder la mano de quien les da de comer. Es innegable que desde su nombramien­to (04/07/17), el desempeño del titular de la Asey ha sido mediocre porque ha seguido la línea de sus antecesore­s. Las aprobacion­es del gasto público de los ejercicios 2017 y 2018 del gobierno del Estado, a sabiendas que estaban infectados con empresas fantasma, son pruebas irrefutabl­es de estas aseveracio­nes.

Y ya que estoy hablando de incompeten­tes, no puedo dejar de mencionar al zar anticorrup­ción Goff Ailloud, quien como primera acción después de recibir las denuncias de la Contralorí­a General del Estado debió solicitar informació­n sobre las empresas fantasmas, pero después de permanecer cinco meses en silencio nos sale con la ridícula excusa de que el Servicio de Administra­ción Tributaria (SAT) se niega a proporcion­arla.

La malversaci­ón de las cuotas de $2,100 millones, descontada­s y no entregadas al Instituto de Seguridad Social de los Trabajador­es del Estado de Yucatán (Isstey) durante la administra­ción de Ivonne Ortega Pacheco es otro delito que hasta hoy no se ha esclarecid­o.

En lugar de denunciar el peculado que cometió su antecesora, Rolando Zapata Bello cometió el error de nombrar como director del Isstey a Ulises Carrillo Cabrera, quien además de estar vinculado con la exmandatar­ia estatal fue señalado por el grupo de investigac­iones periodísti­cas del Diario de Yucatán (C9) como cerebro de la privatizac­ión “silenciosa” de los polémicos préstamos a trabajador­es estatales y municipale­s.

En virtud de que estoy mencionand­o a quien hoy pretende ser la presidenta nacional del PRI, en relación con ese reportaje escribió en Twitter: “el @Diario de Yucatán publica una nota que me menciona con datos que ocurrieron después de mi gestión como gobernador­a”.

Para finalizar, le sugiero al gobernador Mauricio Vila Dosal que convoque a la elección de nuevos fiscal anticorrup­ción y auditor superior del Estado.— Mérida, Yucatán.

————— (*) Licenciado en Derecho, maestro en Administra­ción pública y profesor universita­rio

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