Los rayos gamma causan asombro
Estudian restos de una estrella de hace 30 años
MADRID (EFE).— Cuando las estrellas más grandes del universo mueren, colapsan y explosionan en una supernova. Algunas lanzan un destello que dura segundos pero que contiene tanta energía como la que producirá el Sol en toda su vida: son estallidos de rayos gamma, una de las rarezas más impresionantes del cosmos.
Ahora, un equipo internacional de científicos liderado por el astrofísico cántabro Benito Marcote, del Instituto JIVE (Países Ba
jos), descubrió los restos de una de estas explosiones.
Los astrónomos piensan que los estallidos de rayos gamma se producen cuando el material de la estrella es expulsado a gran velocidad en forma de chorro durante la explosión pero este destello solo es visible si el material apunta directamente hacia la Tierra, lo que ocurre en muy pocas ocasiones.
Después del destello, el material interacciona con el gas que se encuentra alrededor y se frena y expande produciendo una envoltura que dura años. Cuando el estallido no fue visible, se habla de “envoltura huérfana”.
La investigación liderada por Marcote y publicada en “Astrophysical Journal Letters”, observó el rastro de una explosión que tuvo lugar hace 30 años y que nunca fue observada y que, por lo tanto, dejó los restos de una envoltura “huérfana”.
El hallazgo se produjo al estudiar un objeto, FIRST J1419+3940, localizado a 300 millones de años luz y detectado en 2018 con luz visible y ondas de radio.
Este objeto ha estado atenuándose durante 30 años y se encuentra en un entorno muy parecido al del único estallido rápido de radio que se conoce con precisión, unos misteriosos eventos del universo que duran milésimas de segundo y que se cree que podrían estar originados por estrellas de neutrones o remanentes de supernovas.
Tras el descubrimiento de este objeto, los científicos liderados por Marcote llevaron al cabo observaciones de radio con la red europea de VLBI (EVN, por sus siglas en inglés) que combina antenas repartidas por Europa, Asia y Sudáfrica y que, unidas, permiten estudiar un objeto con una resolución que permitiría leer un periódico a 40 kilómetros de distancia.
Con este nivel de detalle, los astrónomos determinaron que tiene un tamaño de unos cinco años luz y que el material que emite esta luz fue lanzado al espacio hace unos 30 años a unos 100 millones de km/h, en “una explosión muy enérgica”.