Ser soberanos del Carnaval es una oportunidad que valoran los chicos y grandes.
Reyes infantiles y de la tercera edad gozan su energía
Los reyes infantiles del Carnaval de Mérida 2020, Fayne Pat Alberto y Manuel Benjamín Cervera Bojórquez (en la imagen) y los de la tercera edad, Eleazar Efraín Ambrosio Toro y Magdalena Nájera Pozo, visitaron el Diario para demostrar que son unos apasionados del Carnaval.
Fayne, aficionada a la danza, y Manuel, al deporte, sacarán a relucir su energía en los paseos que darán inicio el próximo jueves 20, pero no se quedarán atrás, a pesar de su edad, Eleazar y Magdalena. Para ella, siempre fue un sueño ser reina del Carnaval y no podía creer que se realice.
¿Se imaginan un carnaval en el que en lugar de flores tiraban huevos podridos y tomates?, así fue la infancia de Eleazar Efraín Ambrosio Toro, rey de la tercera edad del Carnaval de Mérida.
En su visita al Diario acompañado por la reina Magdalena Nájera Pozo recordaron cómo eran los carnavales de antes. “Desde muy temprana edad nos íbamos en un camión de redilas porque no había carros alegóricos. Te cobraban dos pesos por el paseo y se armaba una guerra de huevos podridos y pedradas”, platica Eleazar.
Magdalena no iba al carnaval de niña pero cuando creció y tuvo hijos ella se encargaba de disfrazarlos para ir a los desfiles.
Para ella, ser la reina del carnaval era una ilusión muy grande pues en los desfiles solía ver con admiración a las jóvenes y ya con 66 años de edad pensó que eso ya no era para ella.
Incluso cuando acudió a la sesión de fotos con sus trajes carnavalescos, ni siquiera podía creer que era ella.
Efraín Ambrosio de 73 años aún recuerda cuando hace 55 años fue el “Rey Feo” de la escuela “Santiago Meneses” y a los 9 años de edad su hermana le enseñó a bailar ritmos como el “Cha cha, cha” y “Rock and roll”.
Aunque ahora siente que va a “arrancarse la cabeza” cada vez que se quita los penachos, está seguro de que es una experiencia que vale la pena y espera ser recompensado con una fotografía junto a Maribel Guardia. “Me daría mucho gusto conocerla y antes que los gusanos se coman estos ojos tienen que disfrutar”, dice Efraín.
Ambos toman clases de canto, música, baile y pintura en el Centro Renacer del Ayuntamiento. “Somos muy activos, nos gusta hacer de todo y yo creo que por eso estamos aquí y espero que representemos dignamente al carnaval”, añade Efraín.
Efraín y Magdalena son un verdadero ejemplo de alegría, se ríen de todo y ven en la música la solución a las “caras largas” de otras personas. “Yo mi música no la dejo, donde vaya me pongo a bailar”, dice Magdalena.
Para ellos, la clave es mantenerse activos sin importar la edad que uno tenga, es por eso que se sienten agradecidos con espacios como Renacer, donde se ofrecen actividades para las personas de la tercera edad. “Nos ayuda bastante en nuestra vida diaria, porque cuando no tienes nada que hacer se te olvidan las cosas y te deprimes”, explica Efraín.
Su consejo es “tomar la vida como venga”. “Si Dios te permitió dar este paso que es la tercera edad, tienes que vivirla al máximo. Ocupar tu mente en algo positivo y no dejarse. Esperamos que nuestra alegría los contagie y se den la oportunidad de disfrutar no solo el carnaval sino la vida misma”.
La misma energía
Igual de carismáticos, alegres y energéticos son los reyes infantiles Fayne Pat Alberto y Manuel Benjamín Cervera Bojórquez, quienes ven como un gran logro portar la corona.
Fayne inició con el baile desde los tres años de edad, luego tuvo clases de canto, locución, teatro, gimnasia, ballet y jazz y desde que tiene memoria ha participado en comparsas de su escuela.
En cambio, Manuel Benjamín se dedica por completo a los deportes con clases de fútbol, natación y béisbol; nunca había sido parte de una comparsa pero la mayoría de su familia ha bailado en distintos carnavales por lo que quería vivirlo en carne propia.
Para ellos, ha sido difícil ya que además de los compromisos como reyes tienen que cumplir con sus escuelas, aunque han recibido el apoyo de sus maestros. “Me dejan mucha tarea, pero siempre la hago rápido para ir a los ensayos”, añade Fayne.
Manuel lo ve como un gran sacrificio, pues por el momento dejó sus clases deportivas para dedicarse al 100% al carnaval”.
Están seguros que pararse en un escenario o en un carro alegórico no es nada fácil.
“Se siente mucha presión al saber que la gente está esperando muchísimo de ti y tienes que dar lo mejor en todo momento”, dice Manuel. Es por eso que ambos están ensayando “lo necesario” para contribuir en la gran fiesta y algarabía que promete el carnaval de Mérida.—