Temor entre mayas
Existe temor en pueblos debido al coronavirus
Un investigador revela que hay temor en las comunidades mayas por el coronavirus.
Hay mucho temor en nuestras comunidades mayas, no saben bien qué está pasando, les llega información aunque no siempre es la correcta, comentó Fidencio Briceño Chel, investigador del (Centro INAH en Yucatán.
El mayista indicó que les hacen llegar información en maya en audios y vídeos, pero también les llega de todo: información religiosa o apocalíptica, y las religiones se aprovechan y llaman a reuniones a veces para mal informarlos.
¿En el pasado se ha padecido algún temor similar al Covid-19 en la entidad?
—Lo que han narrado los documentos históricos son las pestes que trajeron los españoles, les llamaron pestes porque no sabían qué enfermedades eran y el término más cercano que tenían a la mano era putrefacción, que estaba algo mal (cacasbal), eran las fiebres que les daban y les provocaban llagas a los mayas.
El investigador precisó que hay imágenes en los documentos coloniales donde aparecen con estos puntos negros de putrefacción.
Así se representaba a la muerte, al kisín, “el apestoso”, los españoles trajeron estas enfermedades y los misioneros las ligaron con cuestiones religiosas, aprovecharon para decirles que era un castigo divino, que eran cosas del diablo, apuntó.
Briceño Chel dijo que hablando con los ancianos sobre si recordaban haber vivido o escuchado de sus antepasados algún relato parecido a lo que sucede en estos días, le refirieron lo sucedido con la viruela, cac (fuego) que su momento atacó a muchas comunidades y que sucedía en estas épocas cuando daba fruto la ciruela, quizás de ahí el nombre. ¿Qué hacía la gente? —Había mucho temor, pues la enfermedad se relacionaba con lo malo, se encerraban y muchos buscaban el acompañamiento de los sacerdotes, hay datos de que se ofrendaban alimentos a las deidades.
Los abuelos recordaban que estas antiguas enfermedades se curaban mediante baños, que en esta temporada de calor eran baños con hojas refrescantes, baños purificantes para combatir al cacasbal, al maligno.
—Les estamos diciendo a las comunidades que lo malo siempre hay que lavarlo, como lavarse las manos.
¿Se sabía cómo detener los contagios?
—La gente de la comunidad no tenía mucho conocimiento, lo que hacían es lo que están haciendo ahora: encerrarse, no salían.
—Moría la gente por sarampión y viruela y se relacionaba con cuestiones religiosas, había mucho temor, se les abandonaba o se les dejaba al cuidado del abuelo o la abuela, muchos fallecían por eso, no había adelantos en salud.
Miedo por el virus
¿Qué pasa hoy en las comunidades? ¿Está consciente la gente de esta enfermedad?, preguntamos.
—Hay mucho temor, no saben bien qué está pasado. Les llega información, pero no siempre es la correcta y estamos tratando de calmarlos y explicarles para que no se desinformen.
¿De qué se alimentaban cuando pasaban estas enfermedades?
—Entonces había poco intercambio de mercancías, las comunidades comían lo que se producía, animales de patio y cacería, excepto cuando las langostas atacaban las milpas, había producción y les daba para sobrevivir hasta dos años, ahora no los dejan salir ni a su milpa y eso les preocupa.
¿Cómo considera que afectará esta crisis a las poblaciones del interior, sobre todo a la mayahablante?
—Estoy en comunicación con las autoridades estatales y los alcaldes están tomando precauciones, hay mucha información sobre lo que ellos tienen que hacer de llegar los contagios. Hay mecanismo que antes no se tenía.
—Puede afectarnos, pero no creo que nos vaya tan mal, la población está siendo informada y haciendo caso, pues está temerosa, es en el tema de salud donde no hay suficiente infor mación en las comunidades mayas.
Hasta hace poco a diario se movilizaba mucha gente de comunidades del interior a Mérida para trabajar. ¿Está detenido o sigue este flujo?
Estoy en contacto con los taxistas y hay muchas construcciones que cerraron, la gente no está trabajando y no tiene para comer, replicó. Si esto dura mucho afectará sobre todo a quienes están en edad productiva que no tiene ningún tipo de apoyo, es la que más padecerá.–