El mundo revalora a la ciencia
La prisa juega en contra de las investigaciones
MADRID (EFE).— Acostumbrada a vivir silenciosamente en los laboratorios, la ciencia ha pasado a una exposición pública sin precedentes por la crisis del coronavirus, acelerando sus tiempos en busca de un remedio y bajo el escrutinio de una sociedad con altas expectativas, pero que desconoce cómo funciona el método científico.
Esta crisis “ha sacado la ciencia a la palestra de la noche a la mañana. De ser un tema que no interesa porque siempre hay algo mucho más importante, como un partido de fútbol, a estar en boca de todos”, dice Gema Revuelta, directora del Centro de Estudios de Ciencia, Comunicación y Sociedad de la Universidad Pompeu Fabra.
La ciencia tiene sus métodos, protocolos y tiempos. En los primeros meses “fue algo terrorífico, porque era una prisa”, recuerda Revuelta y “en solo seis meses se han descubierto multitud de cosas” sobre el SARS-Cov-2.
Pero, para llegar a ese nivel de conocimiento se han hecho estudios apresurados, incluso mal, con muestras muy pequeñas o veloces procesos de revisión de los resultados por otros científicos.
Hace seis meses el Covid-19 era una desconocida, pero su traumática irrupción en nuestras vidas ha hecho que cualquier avance salte inmediatamente a medios de comunicación y redes sociales. Una situación que Revuelta describe como de “olla a presión”, en la que cualquier investigación que se publica se difunde rápidamente, aunque no siempre de manera precisa.