La tormenta en Texas, la CFE y el libre mercado
Tras la tormenta invernal que dejó sin servicio eléctrico a más de 4 millones de texanos desde la mañana del 15 de febrero, cinco principales integrantes de la junta directiva del Consejo de Confiabilidad Energética de Texas (ERCOT, por sus siglas en inglés) renunciaron a sus puestos el pasado miércoles.
Los motivos fueron principalmente por la ineficiencia de ERCOT en el tiempo y la operación para dotar de energía a sus usuarios que fueron afectados por las bajas temperaturas, que rara vez se experimentan en esa región. Durante más de 24 horas, la calefacción, servicio básico para poder sobrevivir a los 3 grados bajo cero registrados en Houston, no pudo funcionar dejando un saldo de por lo menos 24 muertos a causa del intenso frío.
“Cuando los texanos necesitaban desesperadamente electricidad, ERCOT no pudo hacer su trabajo y los texanos se quedaron temblando en sus hogares sin electricidad. La falta de preparación y transparencia en ERCOT es inaceptable y doy ————— (*) Periodista de Megamedia la bienvenida a estas renuncias. , expresó sobre el tema el gobernador del estado, Greg Abbott.
Para algunos expertos, la crisis energética en Texas vino a desnudar la ineficiencia del diseño del modelo económico (desregulación promercado) en el que se sustenta el sistema eléctrico para dotar de energía a los usuarios.
El periodista del “Washington Post” Will Englund señala en un artículo que “lo que ha hecho tambalear a Texas no es un problema de ingeniería, ni las turbinas eólicas congeladas a las que culpan los republicanos prominentes. Es una estructura financiera para la generación de energía que no ofrece incentivos a los operadores de centrales eléctricas para prepararse para el invierno. En nombre de la desregulación y los mercados libres, el gobierno texano ha creado una red eléctrica que pone énfasis en los precios baratos sobre un servicio confiable”.
El experto en el tema energético menciona en su investigación a Edward Hirs, becario de energía de la Universidad de Houston, quien opina que “la desinversión en la producción de electricidad le recuerda los últimos años de la Unión Soviética, o del sector petrolero hoy en Venezuela. Odian cuando digo eso”.
En 2002, bajo el mandato del gobernador Rick Perry, Texas desreguló su sistema eléctrico y estableció un mercado libre, administrado por una entidad sin fines de lucro (ERCOT), con aproximadamente 70 proveedores que venderían el servicio eléctrico. Este modelo comenzó a funcionar por un tiempo, pero luego comenzaron a surgir las quejas de los usuarios, como el aumento de las tarifas eléctricas y la ineficiencia para arreglar los apagones. La reciente tormenta agudizó esos problemas.
¿Es necesaria la intervención del gobierno federal estadounidense para arreglar el problema de energía en Texas? En este caso pareciera que la solución ideal sería esa.
La crisis de energía en Estados Unidos registrada la semana pasada se extendió hasta México afectando a los estados de Nuevo León, Tamaulipas, Chihuahua. También se registraron reportes de apagones en zonas de Ciudad de México,
Michoacán, Veracruz y Yucatán.
La noche del 15 de febrero, la Comisión Federal de Electricidad (CFE) explicó que el apagón que afectó unos 4.8 millones de usuarios, obedeció a la suspensión del suministro de gas natural desde Texas. Dos días después informó que restableció en su totalidad el servicio de energía eléctrica en las regiones del norte y noreste del país que sufrieron apagones.
Por su parte, el Centro Nacional de Control de Energía (Cenace) señaló que esta recuperación de energía se logró gracias a la entrada en operación de centrales de la CFE y de productores independientes de energía a base de gas, carbón y diésel , medida que ERCOT no pudo realizar por ser independiente del sistema federal.
A pesar de que las condiciones climáticas en Estados Unidos fueron muy distintas a las registradas en México por la tormenta invernal, el diseño del modelo económico en el que está basado el sistema energético mexicano parece que fue más eficiente que el texano, pues la CFE, al depender del gobierno federal, tiene la capacidad legal y técnica para resolver problemas como los ocurridos con el servicio de Texas, que se mantiene libre de la supervisión federal desde 1976.
Desde que el presidente López Obrador presentó la iniciativa de reforma energética para favorecer en el mercado mexicano a la CFE y a Pemex, las voces del sector privado y de los partidos de oposición se han manifestado en contra, llamando a los legisladores a no aprobarla porque viola las leyes antimonopolio, no favorece a las energías limpias y se teme que un manejo totalitario del Estado efecte gravemente al usuario final con altas tarifas.
Pero, al ser la energía un bien público, conviene más que los gobiernos y empresarios trabajen en marcos legales para una mejor calidad en el servicio que se le da al usuario final. Desde el sector privado, generar inversiones que ayuden a modernizar las plantas de CFE y desde el Estado, abrir el camino para la competencia, pero en beneficio de los mexicanos y no sufrir como en Texas.— Mérida, Yucatán.