Diario de Yucatán

Una remontada que ayudó muy poco

Universida­d no ha sido el mismo esta temporada

- MIGUEL ÁNGEL CALDERÓN LÓPEZ

El seis de diciembre de 2020 se presenció una de las gestas más importante­s en la historia reciente del fútbol mexicano con los Pumas levantándo­se y clasifican­do luego de un 4-0 en contra ante el Cruz Azul en semifinale­s.

Heroicamen­te los universita­rios clasificar­on a la final que a la postre perdieron ante el campeón León.

Para la Máquina parece fue toda una catarsis haber perdido de tal forma. Robert Dante Siboldi renunció y dejó tirada la “Concachamp­ions” a pocos días y una nueva sombra de incertidum­bre cubrió al cuadro cementero, que sigue inmerso en problemas extra cancha.

Pero contrario a lo que se podría imaginar, ese batacazo derivó en un cambio que, de momento, es bueno con el equipo jugando bien y siendo líder general.

En Pumas ha sido totalmente lo contrario.

Hay que decirlo, esa victoria se recordará por mucho tiempo, pero al final de cuentas importó poco tras perder la final y esos Pumas correosos y envalenton­ados están desapareci­dos.

Universida­d Nacional basaba gran parte de su juego en lo que pudieran aportar sus dos puntas, Carlos González

y Juan Ignacio Dinenno. Esa dependenci­a cobró factura con la venta del paraguayo a los Tigres.

El argentino, por su parte, estuvo fuera varias jornadas y al parecer le tomará tiempo retomar el ritmo.

¿Qué puede hacer Andrés Lillini para paliar las ausencias obligadas y entregar los mismos resultados? Parece que, por plantel, poco.

Tomando de nueva cuenta como parámetro al Cruz Azul, hay 28 millones de dólares de diferencia —según el portal Transferma­rket— entre los cementeros (62 millones) y los Pumas (34).

Cruz Azul, con todo y los golpes anímicos tiene más armas para resurgir de nuevo de entre las cenizas, que unos Pumas que basados en un sistema de juego muy puntual no podrán replicarlo o al menos eso parece.

En la penúltima plaza, solamente porque el Pachuca es peor que ellos, Lillini no ha encontrado la fórmula para aspirar a mucho, y no va tanto por capacidad, sino por lo que tiene en las manos.

Y ahora a los Pumas solo les queda apelar de nuevo a ese espíritu de lucha para tomar un nuevo rumbo.

Les urge una victoria, pero más que eso, necesitan encontrars­e.

Santos el jueves y, como si de una oportunida­d divina para revivir fuera, el Cruz Azul el domingo, son sus dos próximos rivales.—

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