Bares operan sin problemas
En Panabá solo cerraron algunos meses, afirman
TIZIMÍN.— Mientras en Tizimín ya casi se cumple un año desde que cerraron los bares, en otros municipios del oriente los establecimientos siguen trabajando con normalidad.
Como se recordará, a mediados de marzo fue declarada la alerta sanitaria en Yucatán y con ello la suspensión de reuniones masivas, restricciones a comercios no esenciales e incluso el cierre temporal de las cantinas.
La suspensión de labores en los bares originó el despido masivo de meseros, cocineras y hasta de mujeres que prestaban sus servicios para departir con los “parroquianos”.
Desde entonces, al menos en Tizimín, no volvieron a abrir dichos establecimientos, algunos esperaban que pronto volverían a abrir pero no fue posible. Hay negocios que remataron sus muebles y cerraron de manera definitiva.
Sin embargo, tal parece que en otros municipios la pandemia no es impedimento para que sigan laborando: en el caso de Panabá hay cuatro cantinas cuyo cierre solo fue por unos meses.
Hoy los establecimientos trabajan con normalidad incluso con sus medidas sanitarias y con reducido número de mesas en su interior.
Lo mismo en San Felipe, donde uno de los bares que está frente al malecón tiene su negocio abierto y con venta de botanas y bebidas alcohólicas, a pesar que hay un restaurante familiar a un costado de la misma.
En Río Lagartos, el bar que está justo en el centro del puerto fue clausurado por estar laborando y días después volvió a abrir, solo que ahora los parroquianos ingresan por la cocina para disimular.
En el puerto también funciona un bar que recientemente abrió en la entrada de la comunidad, que lleva por nombre “El beber me llama” funciona incluso sin sanitarios y solo con un escusado en el fondo del predio.
En el caso de Tizimín, aunque los bares están cerrados y algunos en abandono, hubo quienes habilitaron cantinas clandestinas en sus casas que a la fecha operan principalmente los fines de semana.—