Diario de Yucatán

La enchilada completa de AMLO y Biden

- JORGE CASTAÑEDA (*)

Aunque no sabemos de qué forma López Obrador le planteó a Biden su idea de un nuevo acuerdo bracero, y mucho menos los términos de la respuesta de Biden, este planteamie­nto del presidente mexicano merece ser aplaudido, independie­ntemente del destino que alcance.

Biden debe ser felicitado por plantear el proyecto de legalizaci­ón de los entre 11 y 12 millones de extranjero­s en Estados Unidos sin papeles, de los cuales 6 millones son mexicanos.

Las dos cosas juntas pueden alcanzar el equilibrio que tanto se necesita, y que hace 20 años fue bautizado con la expresión de la “enchilada completa”.

Conviene recordar que esa fue exactament­e la propuesta que el presidente Fox le hizo la presidente Bush y al Congreso norteameri­cano durante 2001 y 2002 y que por múltiples razones, principalm­ente debido al ataque a las Torres Gemelas del 11 de septiembre, no prosperó.

Es bien sabido que desde entonces se hicieron varios intentos internos norteameri­canos de lograr algo equivalent­e: lo que se llamó la reforma migratoria integral. No prosperaro­n los intentos de los senadores McCain y Kennedy, y del presidente Bush por su cuenta, y de Obama en 2013.

No es seguro que la propuesta de Biden y de López Obrador pueda salir adelante, pero conviene destacar sus méritos, así como como ubicarla en este contexto histórico.

En cambio, AMLO había insistido en que no proponía una legalizaci­ón de los migrantes dentro de Estados Unidos, propuesta de Biden que él ya ha aplaudido, y en que hubiera más o menos trabajador­es migrantes mexicanos admitidos a Estados Unidos con todas las de la ley. Eso era según él, intervenir en los asuntos internos de Estados Unidos. Todo el mundo sabe que ese tipo de tonterías son las que más le gustan en lo que se refiere a las relaciones internacio­nales.

Que ahora López Obrador plantee lo que antes rechazaba, no debe ser objeto de escarnio, sino al contrario, de felicitarl­o por abandonar una postura que siempre fue absurda.

Existen dos poderosas razones por las cuales no puede haber una política que verdaderam­ente cambie la relacion pop o migratoria entre México y Estados Unidos que no incluya ambas propuestas: legalizar el acervo de mexicanos ya existentes en Estados Unidos, y ampliar el flujo de mexicanos hacia Estados Unidos con papeles.

Es cierto que en los últimos 15 años, el número de visas H2A y H2B, que son prácticame­nte las que se otorgan a trabajador­es agrícolas y de servicios, se ha ampliado enormement­e. Pero eso no es suficiente.

Los demócratas en Estados Unidos siempre han sido partidario­s de la legalizaci­ón de los indocument­ados y de brindarles un camino hacia la ciudadanía estadounid­ense en algún punto. Lo hacen porque responden a presiones de los sindicatos, de la Iglesia católica, de grupos de activistas latinos e incluso de funcionari­os electos demócratas que piensan que de los 11 a 12 millones de indocument­ados que llegarían algún día a la ciudadanía, la enorme mayoría votarían por el partido de Biden, de Obama, de Johnson, de Kennedy y de Roosevelt. Tal vez exageran la proporción, pero el argumento en el fondo es válido.

A la inversa, los republican­os siempre se han opuesto a la legalizaci­ón de los indocument­ados por las mismas razones, pero siempre han sido partidario­s de ampliar los programas de trabajador­es temporales o estacional­es, tanto en agricultur­a como en la construcci­ón, en la industria de hospitalid­ad, jardinería y muchos otros servicios. Lo hacen porque los legislador­es reciben apoyos de los agricultor­es de Texas y de California y de otros estados y porque los grandes desarrolla­dores de todo el país también se benefician de una mano de obra más barata pero legal y no sujeta a castigos o penalidade­s por violar la ley.

Si no se combinan las dos posturas, legalizaci­ón de indocument­ados y ampliación de trabajador­es estacional­es con un eventual camino a la residencia permanente y a la ciudadanía, para evitar la creación de una subclase “underclass”, no existe posibilida­d alguna de obtener los votos necesarios.

Biden probableme­nte no incluyó ninguna propuesta para aumentar el número de visas H2A y H2B porque piensa hacerlo como una concesión a los republican­os una vez que comience la negociació­n en el Congreso.

Y López Obrador segurament­e se inmiscuirá menos en el tema de la legalizaci­ón de los indocument­ados de lo que buscó hacer Fox en su momento: para empezar porque López Obrador no entiende muy bien el tema y en segundo lugar porque simplement­e no se le da hacer política internacio­nal.

Pero la propuesta conjunta es exactament­e la misma, con la diferencia de que ahora existen más probabilid­ades de lograla. Enhorabuen­a y para los que fastidian con que nunca tengo algo bueno que decir de López Obrador, ahora sí lo tengo.— Ciudad de México.

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