Lazos con Manzanero
“No es una calle cualquiera, ahí es donde nació”
Cuando la 60 Sur sea bautizada como Armando Manzanero se sumará al selecto grupo de calles y avenidas con nombre que hay en la ciudad de Mérida.
“No es una calle cualquiera, es la calle donde él nació”, dice Teresita Guadalupe Estrella Canul, prima del compositor, al referirse al tramo que va de la barda del aeropuerto a la esquina de Los Cocos.
En ese tramo se encuentra el predio donde el compositor de “Esta tarde vi llover” y “Somos novios”, entre otras canciones famosas, nació el 7 de diciembre de 1935.
“No nació en Ticul, él nació en la quinta de mi abuelito, Julio Canul Vallejos, en la 60. La casa era la única que había allá y al lado una cuetería”, asegura Teresita Estrella.
El lugar, en la confluencia de la 60 con Circuito Colonias (enfrente de la escuela “Vasco de Quiroga”), hoy es un lote baldío propiedad de la familia Abraham.
Manzanero vivió allí alrededor de ocho años y, según cuenta la señora Estrella Canul, fue muy feliz porque en la quinta había muchos árboles frutales, chivos, gansos, vacas y caballos.
“Era un terreno muy grande. Allí jugaba él con mis hermanos. No alcancé a jugar con él porque cuando se fueron de aquí yo todavía era muy chica”.
“Ellos vivieron un tiempo allá porque su mamá y mi abuelita eran hermanas. Mi mamá y él eran primos hermanos, a nosotros nos decía primas porque mi hermana nació igual que él, él nació el 7 y mi hermana el 20”.
La señora Estrella Canul señala que la familia del compositor se mudó por el rumbo de la Cruz de Gálvez y luego en la colonia Vicente Solís, donde se quedó y casó antes de partir a Ciudad de México, pero siempre mantuvieron buena comunicación.
Incluso ya siendo mundialmente conocido y con tantos reconocimientos en su haber, siempre encontraba un hueco en su agenda para visitar a su familia materna.
“Cuando venía a Mérida nos pasaba a visitar. Era visita de ‘turix’. No tenía fecha y pasaba sin avisar. Solo veíamos que se pegue su camioneta y entraba diciendo: ‘¿Qué pasó, prima?’. Así era él, muy sencillo”.
La señora Estrella recuerda que Manzanero no era “pesado” y que comía lo que le ofrecían, hasta aceptaba una cerveza, solo una.
“Cuando venía, todos mis hermanos también venían para saludarlo y aquí la pasábamos conversando. Él no venía como artista, venía como visita y todos la pasábamos bien”, indica.
Doña Teresita recuerda que Armando Manzanero era muy atento. “Cuando yo iba a México me quedaba en casa de sus papás, él iba y llegaba con algún artista y se ponían a cantar. Así conocí a muchos”.
Asimismo, confiesa que ser prima de Armando Manzanero es un orgullo y por eso se emocionó cuando leyó en el periódico que la calle 60 Sur sería bautizada con el nombre de su familiar.
Cuando Manzanero nació, subraya doña Teresita, la calle no se parecía en nada a como es ahora: la pavimentación llegaba hasta la esquina de “La Flor del Bosque” y todo lo demás era de terracería.
Tampoco había muchas casas, la mayoría eran quintas, la de su abuelo era la última y atravesando lo que hoy es Circuito, donde actualmente está el colegio “Vasco de Quiroga”, finalizaba la vía del truck que venía de la hacienda de Tecoh. Todo lo demás era monte.
Conforme la ciudad fue creciendo la zona también cambió: la calle se pavimentó, las quintas se fraccionaron y el transporte público comenzó a pasar.
“Se ha vuelto una de las calles más importantes porque ésta te lleva hasta Progreso, es de las más largas, es como la avenida Reforma de Ciudad de México”, dice la señora Estrella, a quien le hubiera gustado que la calle Armando Manzanero llegara hasta el Centro”.
“Creo que no quisieron porque después será un lío cambiar nuestros documentos, el agua, el INE, la luz…”, refirió la entrevistada.