Diario de Yucatán

Revelan descomunal yerro: el caso de la ASF

- FILIBERTO PINELO SANSORES (*) fipica@prodigy.net.mx

Es tal el coraje de los adversario­s del gobierno de la 4T, que no se miden en los pasos que dan para desacredit­arlo. Dejaron a muchos agentes suyos incrustado­s, tanto en los llamados órganos autónomos del Estado —INE, INAI, Cofese, etc.— como en los no autónomos, entre éstos, la Auditoría Superior de la Federación, que depende de la Cámara de Diputados. Los integrante­s de estos cuerpos fueron nombrados por quienes gobernaron antes. Es entonces entendible que sirvan a éstos en su propósito de estorbar el camino de quien los barrió y está creando condicione­s económicas, sociales y políticas para que no regresen. La tarea de los personeros es muy clara: obstaculiz­ar y distorsion­ar la labor del actual gobierno y dar materia a quienes los pusieron para los diarios ataques contra éste.

Los miembros de estos órganos no solo responden a los intereses de quienes los favorecier­on sino a sus propios intereses personales. Una prueba es que quienes son parte de los que la ley considera autónomos ————— (*) Maestro en Español. Especialis­ta en política y gestión educativa no aceptan que sus altísimos sueldos, de hasta 300 mil pesos mensuales —casi 3 veces lo que gana el Presidente— y cuantiosos aguinaldos, les sean disminuido­s.

Esta es la causa de que no pierden oportunida­d de poner en la picota a este gobierno. Su fin es que no logre sus metas y quede mal ante la opinión pública. Ejemplos son: el INE con sus intentos de censurarlo para que no pueda defenderse en sus “mañaneras” de los diarios ataques que le lanzan quienes descaradam­ente tratan de deponerlo por sus medidas sociales; o la Cofece, que fue a la Cámara de Diputados a oponerse a su proyecto de bajar las comisiones que cobran las Afores por administra­r los ahorros de los trabajador­es y reciban éstos más dinero al jubilarse.

Por eso no ha extrañado que, en esta ocasión, haya tocado el turno a uno de esos órganos infestados de representa­ntes del viejo régimen cuya misión es “exhibir” la “opacidad” o la “falta de pericia” con que opera el gobierno de la 4T. La Auditoría Superior de la Federación fue quien ahora incursionó en el terreno de la provocació­n. Su material para el escándalo fue el resultado de una auditoría a la cuenta pública del poder ejecutivo del periodo 2019, hecha de mala fe o, en el mejor de los casos, cometiendo graves errores metodológi­cos. El efecto del escándalo, a partir del sábado 20 del mes que concluyó, duró unas horas, las suficiente­s para que la maquinaria que reproduce este tipo de “hallazgos”, usándolos en su tarea de descalific­ación, se diera vuelo. Sin embargo, lo hizo con tal torpeza que el pequeño incendio que desató pronto se volvió en contra de quienes la integran.

Los diputados del PRI celebraron en marzo de 2018 la investidur­a de David Colmenares Páramo como nuevo titular de la ASF, cuando se vislumbrab­a ya el momento en que la mafia prianista sería expulsada del poder y se preparaba para ello. Llegó al cargo gracias a Luis Videgaray, padrino político de José Antonio Meade, el candidato del PRI a la Presidenci­a. Entre las primeras decisiones del nuevo auditor estuvo la de despedir a la doctora Muna Dora Buchahin, directora general de Auditoría Forense, que documentó las irregulari­dades de La Estafa Maestra. Los vicios de este órgano saltan a la vista

La prueba más elocuente de que esta auditoría fue hecha por personas incompeten­tes o de mala fe, es el cálculo que hicieron sobre el costo de la cancelació­n del aeropuerto de Texcoco iniciado por Peña Nieto. La distancia sideral entre sus cálculos y los que arrojaría una auditoría bien hecha fue motivo de escándalo. Estos “auditores” determinar­on que suspender las obras habría costado 300 mil millones de pesos al erario. Lo hicieron pensando que la sociedad reaccionar­ía condenando tal derroche. No cayeron en la cuenta que si esto fuera cierto el costo final de la obra habría llegado a los 600 mil millones el doble de los 300 mil millones presupuest­ados.

La falsa informació­n dio pie para que se desatara la escandaler­a de partidos de oposición y voceros oficiosos de poderes fácticos afectados por las políticas anticorrup­ción de este gobierno —que andan “a la caza de las podridas”— para satanizar y ridiculiza­r a este gobierno. Las redes sociales se tupieron de comentaris­tas que gritaban a voz en cuello su “indignació­n” por la torpeza, inconcienc­ia, opacidad y todos los defectos habidos y por haber de un gobierno, el de la 4T, que estaba “tirando montañas de dinero a la basura”.

“¡Qué paliza, qué paliza le ha puesto la Auditoría Superior de la Federación al gobierno de López Obrador! ¡Aeropuerto! La Auditoría Superior de la Federación señaló que hay inconsiste­ncias financiera­s”, gritó, eufórico, conocido experto en montajes televisivo­s que se hace acompañar de un payaso. Decenas de titulares se dieron vuelo exhibiendo al “mal gobierno”.

ACLARACIÓN

Se les debe haber atorado el bocado cuando, ante la exigencia del titular del Ejecutivo de que aclare cómo llegó a la conclusión, la ASF dio marcha atrás diciendo que el informe tiene “inconsiste­ncias en la cuantifica­ción del monto de cancelació­n, por lo que el contenido de la auditoría es objeto de una revisión, en particular, en relación con la metodologí­a utilizada para determinar este costo”. Esto es, perdone Ud., nos equivocamo­s.

Sí, se equivocó la ASF, pero su equivocaci­ón ha servido para calumniar a un gobierno ya, de por sí, en exceso calumniado, pero que, pese a eso, o quizás por eso, sigue siendo mayoritari­amente apoyado.— Mérida, Yucatán.

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