“Vacuna de esperanza”
Francisco advierte que religión y odio son incompatibles
BAGDAD (EFE).— El papa Francisco afirmó que “el odio, la violencia y el derramamiento de sangre” son “incompatibles” con las religiones, durante el encuentro que mantuvo con una representación de los religiosos de Iraq.
A su llegada a la catedral de Nuestra Señora de la Salvación de Bagdad, los cristianos le recibieron con cantos y coros y se acercaron a saludarle, con distancia de seguridad, en el interior, donde le esperaban un centenar de religiosos.
El Papa recordó que en esta catedral, en octubre de 2010, fallecieron en un ataque terrorista 59 personas, entre ellas dos sacerdotes, que junto a otros 46 fieles cristianos están en proceso de beatificación.
Las fotografías de estos “mártires” se encuentran en el altar, y algunos trozos de cristal recuerdan los lugares donde fueron encontrados los restos de los cuerpos.
El Papa explicó que sus muertes “recuerdan con fuerza que la incitación a la guerra, las actitudes de odio, la violencia y el derramamiento de sangre son incompatibles con las enseñanzas religiosas”.
Francisco recordó a todas las víctimas “de la violencia y las persecuciones, pertenecientes a cualquier comunidad religiosa”.
También afirmó que la riqueza del país son sobre todo sus jóvenes, cuya “paciencia ya ha sido puesta a prueba duramente por los conflictos de estos años”.
Luego animó a los cristianos que tanto han sufrido y les indicó que, aunque “es fácil contagiarnos del virus del desaliento que a menudo parece difundirse a nuestro alrededor (...), el Señor nos ha dado una vacuna eficaz contra este terrible virus, que es la esperanza que nace de la oración perseverante y de la fidelidad”.
También abogó por la unidad de las diferentes iglesias cristianas presentes en el país, pues “todo esfuerzo que se realice para construir puentes entre la comunidad y las instituciones eclesiales, parroquiales y diocesanas servirá como gesto profético de la Iglesia en Iraq”.
En otro acto, tras escuchar el discurso del presidente iraquí, Barham Salih, hizo un llamado a que las autoridades “concedan a todas las comunidades religiosas reconocimiento, respeto, derechos y protección” ya que muchos cristianos lamentan que no se les garanticen algunos derechos.
Asimismo, pidió a los políticos que en esta fase de reconstrucción del país “combatan la plaga de la corrupción, los abusos de poder y la ilegalidad”, pero al mismo tiempo “edifiquen la justicia, que crezca la honestidad y la transparencia, y que se refuercen las instituciones competentes”.