Calidad de vida
Regina Escalante: ser chef en un mundo machista
Destacar en el mundo culinario no ha sido fácil para la chef Regina Escalante, pero con disciplina lo ha logrado.
Muchas veces ha sido la única mujer en la mesa, y aunque a veces puede ser intimidante, procura siempre mantener sus relaciones profesionales, enfocarse en los proyectos y ver el potencial para realizarlos y seguir adelante, es así como Regina Escalante Bush ha logrado cumplir su sueño de ser chef, enfrentando retos e inspirándose en otras mujeres.
La chef y propietaria del restaurante Merci, considera que los logros alcanzados en su área han sido posibles confiando en sí misma y en su talento, pero sobre todo procurando prepararse con los estudios necesarios para respaldar su técnica y experiencia.
Comparte que en muchas ocasiones ha sido la más joven, la “extranjera” por tener doble nacionalidad, ha sido la única mujer en la mesa, pero eso no la ha detenido para avanzar.
“Es evidente que el sexo opuesto tiene preferencia para algunos proyectos o puestos de trabajo, muchas veces sin siquiera considerar darle la oportunidad a las mujeres”, apunta cuando se le pregunta si ha sido discriminada por ser mujer.
No obstante, afirma que “creo tener una personalidad que no permite que las situaciones definan o moldeen mis sueños, proyectos y metas, y cuando por algún motivo algo se interpone en el camino, o inclusive observa que alguna injusticia se comete a mi alrededor, no dudo en levantar la voz”.
Cuenta que desde muy corta edad soñaba con ser chef, quizás porque veía a la persona que más amaba, su mamá, hacerlo con tanta pasión.
“Ella, a través de la cocina, podía evocar recuerdos de su infancia”, dice en relación a su madre de origen americano, quien llegó a radicar a Mérida cuando tenía 18 años de edad.
Manifiesta que emprendió un viaje a Francia para estudiar en el Instituto Paul Bocuse (viaje que duraría casi 5 años) y enfrentó muchos retos, puesto que se encontraba por primera vez sola en un país completamente ajeno a ella, sin la familia, y en los inicios hablaba con dificultad el idioma, y la mayor parte de los maestros y compañeros de clase eran hombres.
“Sabía que a lo largo de esa aventura tenía la opción de dejarme dominar y ser motivo de burla por no tener la pronunciación perfecta, también ser ‘el blanco’ para bromas sexistas, o bien esforzarme para que mi trabajo, resultados y calificaciones hablaran por sí”.
Recuerda que en sus prácticas profesionales se esforzó en buscar empresas que compartieran
sus valores de vida, valores que considera universales como son el amor, respeto, honestidad, compañerismo.
“Me esforzaba mucho en crear vínculos con las mujeres líderes en las empresas, en hablar con ellas, conocerlas, conocer igual sus miedos y éxitos. Escuchaba cómo ellas igual a veces tenían que defender su posición en la cocina y ellas en momentos vulnerables me protegían, pero sobre todo me incluían”, externa.
Meztli Espino
“Hoy como empresaria me enorgullece saber que dentro de mi equipo hay mujeres, como Meztli Espino, jefa de cocina de la sucursal Merci en Paseo 60”.
Señala que Meztli le recuerda a aquellas mujeres con las que antes había trabajado. La presencia en la
cocina, no por voz, por acción. La precisión del trabajo, el orden constante, la inspiración que da a los demás miembros del equipo.
Meztli está a cargo de todo lo relacionado al servicio y administración de la cocina, su equipo se conforma por siete personas, hombres y mujeres que trabajan para un fin común, el dar un buen servicio a todos los que los visitan.
Apunta que cuando empezó a adentrarse en el mundo de la gastronomía, desde que estaba estudiando empezó a notar que era mucha la diferencia entre el porcentaje de hombres que había en las clases y la cantidad de mujeres.
“Sabía que por muchos años esta carrera fue encabezada por hombres, en su mayoría, a pesar de eso nunca me sentí intimidada por ellos o mis maestros, y estoy segura que gran parte de eso es la manera en la que enseñas a las personas a tratarte e interactuar contigo, el respeto que nos damos entre todos y sobre todo el poder enseñar con el ejemplo”.
Indica que el tener que liderar a un grupo de personas enseña a no hacer distinción entre géneros y preferencias, y darle importancia a las cosas primordiales como sus aptitudes y fortalezas, sus distintas personalidades, y el poder transmitir la manera en la que trabajan en el restaurante, las normas por las que todos están regidos desde el momento de hacer una contratación es clave para ella.
Orgullosa
“Estoy muy orgullosa del puesto al que he logrado llegar y todo lo que sigo aprendiendo en el camino, para mí ha sido muy importante el tener mis objetivos claros, de todo lo que me gustaría lograr, buscar motivación de los profesionales que me representan y saber escuchar de quien me enseña”.
Meztli lleva trabajando casi cinco años con Regina, a quien “admiro mucho por la manera en la que lidera su empresa y de quien he aprendido gran parte de lo que hoy puedo aplicar con mi equipo de trabajo”.
Regina y Meztli han hecho mancuerna en este mundo de la gastronomía liderado por hombres, pero en el que las mujeres cada día van ganando más terreno con paso firme y talento.—