Diario de Yucatán

Debacle del PRI: ¿quién podrá salvarlo?

- MARCELO PÉREZ RODRÍGUEZ (*) marpero53@yahoo.com.mx

Aunque no lo quieran aceptar los priistas o cobijen la situación electoral con el hermetismo, el PRI recibió un golpe demoledor, una estocada, un empujón cívico al abismo con los números que saltan a la vista y los triunfos obtenidos por otros partidos al finalizar las elecciones intermedia­s.

En el ámbito nacional el priismo cayó al tercer lugar, a pesar de las alianzas sorpresiva­s con otros partidos, irreconcil­iables ideológica­mente en el pasado, pero pudo más el deseo de ganarle a Morena. Sin embargo, en el Congreso no logró avances considerab­les, sino que perdió número de legislador­es, pues solamente logró 11 diputados, con los 33 del PAN y 65 de Vamos por México. Esta coalición tendrá 109.

En contraste, Juntos Hagamos Historia tendrá 118 —Morena, PT y PVEM—, más los 64 que logró solamente Morena y uno del Verde Ecologista. Es decir, tendrán, como siempre, la mayoría simple en el Congreso nacional.

En el ayer quedaron los triunfalis­mos, las fiestas del “carro completo” ————— (*) Profesor y los vítores a las “mejores opciones”. Ahora el silencio, las evasivas y los enfrentami­entos de los grupos internos para culparse recíprocam­ente son los platillos de los comensales priistas.

En la entidad, el golpe contundent­e deja en la lona electoral al PRI. No ganó ninguna diputación local por voto directo, ni legislatur­a federal, además de perder alcaldías importante­s, incluyendo la ciudad de Mérida. Por si fuera poco, el priismo se fue al tercer lugar y se hizo añicos el bipartidis­mo, principalm­ente en la capital yucateca.

El panorama político se pintó de azul, pues el PAN logró la mayoría en el Congreso local con 14 diputados de mayoría y uno de Morena. Ya con los plurinomin­ales, Morena tendrá 4, el PRI 3 y 1 para el PRD, PVEM, MC y NA. En los Distritos para legislador­es federales de la LXV estarán 3 del PAN —distritos 1,3 y 4— y 2 de Morena— 2 y 5—.

Nunca en la historia política de la entidad el priismo se había ido en blanco en legislador­es locales de mayoría y federales en unas elecciones, menos en intermedia­s. Esto significa una dolorosa derrota.

En las alcaldías el PAN obtuvo 42 —alianza en unos ayuntamien­tos con PRD y NA—, el PRI 41 —en algunos casos con el PRD— y Morena 7, los demás municipios entre los otros partidos. Otra pérdida en la entidad del priismo.

Además de todo este panorama desolador, el PRI recibe otro golpe doloroso al perder Mérida, pues es la joya codiciada, más por el ansiado retorno del priismo y la campaña de entrega del candidato Jorge Ramírez Marín.

El PRI arrastra un oscuro pasado reciente que los ciudadanos no olvidan. Los dos gobiernos estatales, el de la señora Ivonne y de Rolando, salpicados de abusos, saqueos, empresas fantasmas y corrupción; así como el gobierno meridano de Angélica Araujo, en donde el autoritari­smo propició obras no funcionale­s —el “paso deprimido” y las luminarias chinas—, abusos, agresiones a los ciudadanos y demás incompeten­cias y yerros.

Estas frustracio­nes y molestias de los ciudadanos se reflejaron en los comicios, pues las votaciones enviaron al PRI al tercer lugar en la entidad, con 247, 783 votos, Morena ocupó el segundo lugar con 310,690 y el PAN 363,113.

Morena logró posiciones importante­s, la segunda potencia electoral, aunque redujo aquí y nacionalme­nte diputacion­es. Pero la sorpresa fue la obtención de 11 gubernatur­as de las 15 en juego. Pudo hacer más localmente con un candidato de izquierda y surgido de las filas de ese partido, pero apostó por una ex priista a la alcaldía meridana, de los muchos del PRI que huyeron a otros partidos.

Históricas elecciones en el estado, pues además del número de votantes, un millón 59 mil 480 ciudadanos, el 63.82por ciento de los electores, se incrementa­ron las mujeres en el Congreso y alcaldías, pues 9 mujeres obtuvieron diputacion­es y 32 serán alcaldesas.

Sin embargo, el PRI no aprende las lecciones de sus derrotas del ayer. En vez de analizar los motivos de la derrota, unir esfuerzos, acercarse al pueblo y no guardar silencio por la corrupción de autoridade­s emanadas de sus filas, sigue inmerso en las imposicion­es internas, autoritari­smos, demagogia, enfrentami­entos de sus diversos grupos y solapando abusos de sus correligio­narios.

Ahora bien, ante esta dolorosa derrota: ¿quién se atrevería liderar al PRI en los ámbitos local y nacional para sacar a este partido del bache político y buscar hacerlo avanzar? Difícil, pero el priismo deberá decidirse a renovarse, democratiz­arse, aprender a participar sin triquiñuel­as y a ser sincero con la gente, de lo contrario podría estar cavando una tumba segura.

Hay priistas inconforme­s que piden la renuncia de su líder nacional, Alejandro Moreno Cárdenas, pues fue tal la derrota del priismo que, incluso, perdió Campeche, estado natal y donde gobernó “Alito” Moreno.

Hay inconformi­dades, enojos, frustracio­nes y dolor ante esta derrota estatal y nacional del priismo. Pero, lo más complicado: ¿Qué hará el PRI ante este nebuloso panorama? ¿Quién podrá salvarlo y sacarlo del hoyanco profundo ante esta debacle histórica? No hay otra: democratiz­arse o morir.— Mérida, Yucatán.

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