“Iluminan” el comportamiento
La importancia de la luz en los entornos sociales
Un equipo internacional de investigadores recreó los tres tipos de iluminación más comunes en las cuevas del Paleolítico (antorchas, lámparas de grasa y hogueras) para determinar cómo los humanos los usaban para moverse, iluminar rincones recónditos o dar luz a los murales que pintaban en las cuevas, informa EFE.
Basado en observaciones empíricas y arqueología experimental, el estudio fue liderado por María Ángeles Medina-Alcaide y Diego Garate-Maidagan, del Instituto Internacional de Investigaciones Prehistóricas de Cantabria (IIIPC) de la Universidad de Cantabria (norte de España), y se publicó ayer en la revista PLOS ONE.
Con esa información, los investigadores recrearon los sistemas de iluminación en el interior de una cueva natural sin valor arqueológico y obtuvieron unos parámetros sobre temperatura, humedad, tipos de luz y de roca, entre otros valores, que podrán emplearse como referencia en futuros estudios.
Pero quizá una de las conclusiones más llamativas del estudio es que los sistemas de iluminación del Paleolítico proporcionaban una visión mesópica, es decir, una luz muy cálida que limita la visión de los colores y los restringe a la gama de rojos.
“Lo curioso es ese condicionante que hasta ahora ignorábamos. Las pinturas del Paleolítico son bicromáticas y utilizan distintos colores. Tienen muchas gamas y tonos de rojo pero también amarillos y marrones, es decir, que pese a tener una visión restringida de los colores, recurrieron a muchos de ellos para pintar”, subraya Garate.
Para los autores, los experimentos evidencian la importancia de estudiar la iluminación para desentrañar las actividades de nuestros antepasados en las cuevas.
“La iluminación artificial fue un recurso físico crucial para expandir comportamientos sociales y económicos complejos en los grupos paleolíticos”, concluye.