Crece la incertidumbre
Un fallo judicial genera desilusión a los migrantes
CIUDAD JUÁREZ (EFE).— A una semana del anuncio de la continuidad en la aplicación del Título 42, norma utilizada por Estados Unidos para expulsar de forma exprés a indocumentados durante la pandemia de Covid-19, la desilusión e incertidumbre se han instalado en miles de migrantes de distintos países que permanecen en Ciudad Juárez, Chihuahua.
El fin de la medida se había anunciado para el 23 de mayo y ante ello un gran número de indocumentados de países del Caribe, Centro y Suramérica pensaron que podrían cruzar por esta frontera hacia Estados Unidos y así cumplir su sueño americano, pero tres días antes, un juez de Luisiana frenó la decisión del gobierno del demócrata Joe Biden.
La norma es una medida de deportación rápida de indocumentados amparada en la pandemia que impusieron los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades (CDC, en inglés) en 2020, durante el mandato de Donald Trump (2017-2021), y que permaneció en vigor bajo la administración de Biden.
Pero el lunes 23 cientos de haitianos se congregaron en el exterior de la Catedral de Ciudad Juárez para solicitar apoyo a las autoridades eclesiásticas en un último intento de arreglar su situación migratoria, esto debido a que los caribeños pensaban que estaba cerca la apertura de la frontera entre ambos países.
Hasta antes del 20 de mayo, el gobierno de Joe Biden se mantenía en su decisión de eliminar la medida, pero el juez Robert Summerhays del estado de Luisiana ordenó continuar con la implementación de esta ley acabando así con la posibilidad de levantarla y con la ilusión de los migrantes.
Altamente desilusionada y hasta cierto punto desesperada, Doris Centeno, una mujer de origen hondureño y quien tiene tres meses viviendo en el albergue Casa del Migrante en Ciudad Juárez contó a la agencia EFE que al enterarse de la vigencia del Título 42 sintió que sus sueños se truncaron, pero “con mucha fe le pido a Dios fuerzas” para seguir esperando arreglar su estatus migratorio.
“Espero que tarde o temprano ese señor (Joe Biden) reflexione y nos deje cruzar, no somos delincuentes, a nadie le gusta salir de su país, salimos por problemas y le pedimos que sea más humano”, dijo Doris Centeno.
Contó que en su travesía para llegar hasta esta ciudad ha sufrido demasiado y reconoció que varios de los migrantes con los que viajaba claudicaron o, en algunos casos, murieron.
Otro caso es el de su compatriota Velquis Zulema, quien declaró a EFE que se sintió muy mal y muy triste el viernes 20 cuando se dio a conocer que permanecía la medida “pero vamos a seguir luchando para cruzar”.
Con una situación económica complicada, los migrantes esperan que el panorama cambie y puedan arreglar sus papeles, pero al mismo tiempo deben de enfrentarse a la realidad y para sobrevivir tienen que trabajar para obtener dinero y comprar artículos de primera necesidad.
Francisco Javier Bueno, sacerdote que trabaja en el área administrativa del albergue Casa del Migrante, platicó al representante de EFE que a pesar de la decisión de Estados Unidos, la ayuda y el apoyo para con los migrantes se mantiene.
Se mantiene la labor
“Para nosotros no cambia la labor con ellos, varios migrantes esperan respuestas de sus casos ya sea que se retirara o no el Título 42”, expuso.
Desde que se iniciaron las caravana de migrantes a fines de 2018 e inicios de 2019 la población de este refugio es variable aunque la demanda aumenta constantemente.
El sacerdote católico Javier Calvillo, director de este refugio, comentó que hasta hace unos días albergaban a 250 migrantes y actualmente son 350.
“No solamente son aquellos que vienen por el Título 42, no solo son los que pensaron que terminaría esta ley, sino los que también siguen llegando con la esperanza de poder cruzar”, declaró Calvillo.
Por su parte, Grissel Ramírez, encargada del albergue “Esperanza para Todos”, comentó que en su caso tiene una capacidad para 180 personas y debido al anuncio la cifra creció a 230 indocumentados. Contó que hay migrantes que le han dicho que aún tienen la ilusión de poder ir a Estados Unidos y ella continuará dando abrigo a estas personas.
“Con la ayuda de Dios es como se les brinda la ayuda que requieren, hay quienes han llegado en la madrugada pidiendo apoyo y seguiremos otorgándolo a quien tenga la necesidad”, dijo a EFE.
El pasado lunes, la organización Médicos Sin Fronteras (MSF) México denunció que el Título 42 era una norma “que no tiene nada que ver con la salud ni con la pandemia y solo es una medida para la expulsión masiva de migrantes”.
La región vive un flujo récord hacia Estados Unidos, cuya Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza (CBP) detectó a más de 1.7 millones de indocumentados en la frontera con México en el año fiscal 2021, que terminó el 30 de septiembre.
Deportaciones
México deportó a más de 114,000 extranjeros en 2021, de acuerdo con datos de la Secretaría de Gobernación.
Mientras, la Comisión Mexicana de Ayuda a Refugiados (Comar) recibió un récord de 131,448 solicitudes de refugio en 2021.
Los planes del presidente Biden para revertir la polémica política migratoria de su antecesor, Donald Trump, han chocado con la Justicia, que primero reinstaló el programa que obliga a los solicitantes de asilo a esperar en México y ahora blindó las deportaciones exprés.
“Los jueces han bloqueado muchas de las políticas de la administración Biden porque creen que el gobierno debería rechazar a más inmigrantes y no permitirles buscar asilo, aunque eso sea legal”, dijo a EFE Aaron Reichlin-Melnick, experto en migración del American Immigration Council.
El último golpe llegó el 20 de mayo de la mano del juez de Luisiana Robert Summerhays, nominado en su momento por Trump, que anuló el intento de Biden de acabar con el Título 42.
Los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) pretendían levantar esta norma el pasado lunes por el retroceso de la pandemia, pero el juez dio la razón a varios estados gobernados por republicanos que auguraron una ola migratoria.
El gobierno apelará la sentencia, pero el Título 42 permanecerá intacto mientras no se resuelva la batalla legal, que podría alargarse hasta bien entrado el año 2023.
“El Título 42 es un fracaso como política de gestión de la frontera. (...) Ha generado un mayor caos y más cruces fronterizos”, afirmó Reichlin-Melnick.
Y es que muchas personas intentan cruzar la frontera varias veces porque no cuentan con antecedentes al ser devueltos en caliente. Bajo el Título 42 se han realizado 1.8 millones de expulsiones.
Si deciden entrar en Estados Unidos por los puertos de entrada oficiales, se topan con otra política de Trump: el Protocolo de Protección a Migrantes (MPP), conocido también como “Permanece en México”.
Esta normativa de 2019, ampliamente criticada por defensores de derechos humanos, obliga a los solicitantes de asilo a esperar su audiencia en territorio mexicano, donde muchos aguardan meses o años hacinados en campamentos y expuestos a la violencia.