Florece turismo en Maní
Visos de fuerte inversión en el ramo hotelero
El Pueblo Mágico de Maní ya empezó a atraer la mirada de inversionistas de la industria turística porque, según informó el alcalde Evaristo Interián Bojórquez, un empresario quiere construir un hotel de cinco estrellas en este municipio.
Con mucha emoción, el presidente municipal de Maní declaró al Diario que sería la primera inversión importante en infraestructura turística para este Pueblo Mágico, único en el sur del estado.
Él espera que sea el inicio de una cadena de inversiones porque día tras día aumenta la afluencia de visitantes a este pueblo conocido por su poc chuc, un platillo popular basado en carne asada de cerdo al carbón.
No sería sorpresa si en el futuro nombran a Maní “capital del poc chuc” porque otros pueblos que se distinguen por su actividad icónica ya lo hizo.
Por ejemplo, Kanasín que se autonombró “capital del panucho” y Tekit “capital de la guayabera”.
La carretera federal del Mundo Maya que lleva a Peto no tiene ningún distintivo que anuncie que Maní es un Pueblo Mágico, y que la entrada a esta maravilla turística rural y ecológica es por el lado derecho del puente vehicular del entronque a Teabo y Oxkutzcab.
La otra entrada a Maní es por Ticul y Dzan, apenas una manta pequeña colgada de los árboles les da la bienvenida a los visitantes.
En entrevista, el alcalde informó que hace unos meses un empresario mexicano se presentó ante él en Palacio Municipal y le explicó sus planes de inversión en un futuro. Quiere construir un hotel de varios pisos, categoría cinco estrellas, y cabañas tipo maya.
El recinto estaría bien equipado con todo lo moderno de la hotelería, con servicio de restaurante.
“Como alcalde estoy abierto para todo aquel que quiera venir a invertir, nos falta muchísima infraestructura y servicios públicos para que mayor número de turistas nos visite”, señaló.
“Desde que nombraron a Maní como Pueblo Mágico en diciembre de 2020 se ha visto una mayor afluencia, los fines de semana recibimos a más de 1,000 visitantes nacionales y extranjeros”.
Interián Bojórquez destacó que Maní es un pueblo rural muy bello y en diciembre de 2021 recibió un nombramiento internacional como mejor sitio turístico rural con valores culturales y de naturaleza.
De acuerdo con información disponible en internet, Maní recibió ese reconocimiento de la Organización Mundial de Turismo junto con el Pueblo Mágico de Cuetzalan, Puebla.
“Hay un cambio drástico en Maní, día tras día llega más gente, los restaurantes están por explotar a diario. Necesitamos más turistas, más inversionistas, que la iniciativa privada mire a este municipio para que siga saliendo adelante y mejore la economía de las familias”.
Derrama
La artesana Luz María Ic Gutiérrez realiza bordados a mano en punto de cruz en hipiles, blusas y vestidos. Confirmó que las visitas al Pueblo Mágico de Maní aumentan a diario. Según sus cálculos, los fines de semana llegan 2,000 visitantes.
Antes que Maní tenga esta distinción turística acudían pocas personas para admirar el convento San Miguel Arcángel que guarda joyas de arte sacro, piezas de piedra labrada de 1500 y una historia de la dinastía maya prehispánica de los Xiues.
Desde que Maní es Pueblo Mágico, cada sábado y domingo se instala en los bajos del Palacio Municipal una exposición de ropa típica bordada en hilo contado, venta de miel y sus productos derivados de este dulce.
Las artesanas tienen buenas ventas por la afluencia turística que va al pueblo no solo para comer el famoso poc chuc y otros platillos tradicionales, sino que ahora compra artesanías rurales.
Luz María Ica vende sus hipiles, vestidos y blusas bordadas con figuras coloridas de hilo contado a $1,500, $2,00 y hasta $3,500 porque el precio depende del bordado de punto de cruz.
“Aprendí de pequeña, mi mamá me enseñó a hacer hilo contado. Hacía bordados para vender y yo sigo este trabajo, es muy bonito ver cómo quedan los hipiles, vestidos y blusas. No es un trabajo de máquina, es a pura mano”, resaltó.
Ella contó que desde hace algunos años viaja a Mérida para vender sus modelos de bordados y ya tiene clientes fijos que la recomiendan, por lo que cuando le encargan alguna prenda la lleva al domicilio o tienda donde la piden.
Con la exposición de los sábados y domingos en Maní sus viajes se han reducido porque en el pueblo vende un poco más sin gastar en pasajes, tiempo y comidas.
“Por la pandemia bajó mucho la venta, no había transporte para viajar a Mérida, estaba cerrado el pueblo, ahora está todo normal, poco a poco salimos de esta crisis”, comentó.
“Sí nos ha beneficiado que sea Pueblo Mágico Maní. La gente ya llega más y vendemos más”.
La artesana afirmó que los sábados y domingos son días en que llegan más personas. Ve gente principalmente de Canadá, Estados Unidos, y del país, como Monterrey y Ciudad de México.
Sabe que la gente va a Maní para conocer el convento y para bañarse en el cenote X’Cabachén, y segundo para comer el famoso poc chuc.
Sin embargo, también está el barrio la Candelaria donde hay murales en fachadas, las casas tipo maya que se conservan, el paseo por la plaza principal bien conservada y los patios de las casas típicas de las familias rurales donde pasean con libertad pavos, gallinas, cerdos y becerros.
“Otra cosa que dicen les gusta mucho es que en el pueblo hay mucha tranquilidad, pueden disfrutar la naturaleza y conocer cómo vivimos en el pueblo. Creo que le falta más promoción y actividades artísticas a Maní y que mejoren la carretera”.—