La tumba que cavaron para el Isstey
Los nombres de socios y amigos del exdirector del Isstey, Ulises Carrillo Cabrera, que recibieron de este beneficios de sus empresas con el dinero de la institución, se multiplican con las investigaciones de Central 9, la Unidad de Investigación Periodística de Grupo Megamedia, y salen a relucir otros manejos turbios que realizaron.
Amigos, que luego se convirtieron en socios en diversas empresas, vieron en la institución un filón de oro para manejar libremente y a capricho los cientos de millones de pesos de las cuotas de los agremiados para utilizar, paradójicamente, su mismo dinero para recibir préstamos con beneficios para esas empresas.
Las puertas se abrieron de par en par para que esas empresas entraran con el aval del director del Isstey de ese momento para realizar negocios redondos y redituables. Un saqueo premeditado y con ventaja.
Y el saqueo se dio paulatinamente hasta que la situación económica fue intolerable.
Dos gobiernos bastaron para que el Isstey sucumbiera ante el latrocinio descomunal. Manos perversas que aprovecharon el momento para dejar en quiebra a la institución.
Un gobierno que recibió con números rojos el Isstey debió investigar, sancionar a los abusadores y poner en orden la dependencia. Sin embargo, Rolando Zapata no quiso actuar en contra de su otrora amiga y correligionaria, Ivonne Ortega Pacheco, y evitó toda investigación, pero no puso orden, sino los que llegaron a la institución continuaron el saqueo, pero ya organizado con grupos de amigos y empresas para manejar el dinero.
Y la debacle económica se dio. No se pudo guardar más y en el actual gobierno el Isstey quedó al borde de la quiebra y los salarios de los trabajadores estatales se vieron amenazados.
Empero, a pesar de reconocer que hubo abusos y corrupción para llegar a esta alarmante situación financiera en el Isstey, las autoridades actuales no han informado de los avances en las investigaciones, si las hay, y si los protagonistas de este saqueo han sido llamados ante la justicia.
Lo paradójico es que hay nombres de funcionarios y de empresas que abusaron de sus funciones para llevar al Isstey al abismo económico, pero la justicia no los ve, no los llama.
Sorpresivamente, el director general de esa época y amigos empresarios que entraron a la dependencia para manejar el dinero ahora son socios de empresas. Están relacionados para el manejo de otras dependencias y del mismo Isstey.
Socios y amigos fueron conformando al paso de los años una cadena de negocios de la mano de Ulises Carrillo, gran benefactor de esos personajes, para que al final también él se convirtiera en un eslabón más de esos beneficios.
LAS ÁNGELES DE ULISES
Hay también empleadas del Isstey que con la llegada de Ulises se convirtieron en asesoras y coordinadoras. De acuerdo con las investigaciones de Grupo Megamedia una trabajadora de la institución que obtuvo la categoría de “Asesora II” fue María José Martín, quien es socia de Ulises Carrillo en la sociedad mercantil Corporativo DHESC2 y apoderada de Nirdaya, S.A.P.I. de C.V., otra empresa del exfuncionario; así como accionista de Hotelería Korbach, S.A de C. V, grupo empresarial que obtuvo beneficios del Isstey.
María José como “Asesora II”, Maria Elena Suro Azcárraga, “Asesora I”, y María del Pilar Aguilar, “Coordinadora I”, fueron las tres Marías, las tres ángeles que custodiaban su oficina y solo tenían acceso si ellas lo permitían.
Y hay más nombres de empleados y amigos que gozaron de los beneficios de Ulises y que entre ellos fueron conformando corporativos y empresas para seguir gozando de los privilegios del gobierno en otras dependencias y también del Isstey.
Con Ulises Cabrera como exdirector general del Isstey y de empleados que se convirtieron en socios en diversas empresas se puede comenzar a desenredar el hilo de la oscura madeja que dejó en ruinas a esa dependencia.
Sin embargo, esos exfuncionarios, esos socios de empresas, esos exdirectores, esos empleados o exempleados y esos dos exgobernadores que conocieron los oscuros movimientos del dinero de los trabajadores no son investigados, pasan inadvertidos.
Son como ánimas, no son vistas por la justicia, pero se sabe que existen. No deambulan como espíritus en pena, son ánimas sin pena que gozan de los beneficios obtenidos del Isstey y conforman corporativos, empresas y demás sociedades mercantiles con el señor Ulises como socio.
Son esas mismas ánimas que en conjunto cavaron la tumba del Isstey. Las autoridades ahora deben sacar de ese hoyanco a la dependencia y sancionar ejemplarmente a los que contribuyeron a esta estafa maestra.— Mérida, Yucatán