Se acaba lío en Dzitnup
Al fin hay acceso al turismo para visitar cenotes
VALLADOLID .— Tras casi cinco meses de permanecer cerrado a consecuencia de la inconformidad de dos grupos de artesanos que trabajan en los locales comerciales, hace unos 15 días el parador se abrió al turismo.
El asunto se debió a que Cultur permitía a unos rentar los chalecos salvavidas y a otros no, y se bloquearon los accesos a los cenotes Xkekén y Samulhá.
Para zanjar el problema ninguno de los dos grupos podrá rentar los chalecos.
En julio pasado, a unos días de iniciarse las vacaciones de verano, se originó un conflicto interno entre artesanos, pues el grupo que encabeza María Moo Poot rentaba chalecos salvavidas, pero desde siempre se han dedicado a esa actividad, por lo que el grupo que encabeza Elizabeth Poot Puc intentó hacer lo mismo y se molestaron los primeros.
Ante esa situación el encargado del parador que depende de Cultur, Lisandro
Lizama, llevó al cabo una reunión y determinó que el grupo que encabeza Elizabeth Poot Puc no podía seguir rentando chalecos, pues lo estaba haciendo en la temporada vacacional y afectaba al grupo de María Moo Poot, lo que originó que los primeros bloquearan el paso al estacionamiento y a los cenotes.
Mientras tanto, el grupo de María Moo se atrincheró en el interior del parador para impedir que el otro grupo regrese a tomar espacios y rentar los chalecos, lo que derivó en el enfrentamiento interno.
Ante esta situación, Cultur decidió cerrar el parador y comenzó un proceso de diálogo con ambos grupos de artesanos, pero no se llegaba a un acuerdo, incluso en las últimas reuniones se acordó que ambos podían rentar sus chalecos, un día unos y el otro el segundo grupo, pero Elizabeth Poot no lo aceptó.
Luego se acordó que el grupo de Elizabeth podía incluso rentar bicicletas, montar una tienda y ofrecer otros servicios, pero tampoco aceptó, ya que lo que quería en ese entonces era el control de la administración de uno de los cenotes en beneficio de su grupo.
Por varios meses ambos grupos permanecieron en sus respectivas trincheras, donde dormían y preparaban sus alimentos, entre otras cosas.
Hace dos meses los artesanos que estaban en el interior se retiraron del lugar ya cansados, pues no se abría el parador y necesitaban hacer otras actividades para obtener dinero.
El otro grupo que dirige Elizabeth Poot decidió quedarse frente al estacionamiento, donde incluso construyeron una palapa con palitos y techo de láminas de cartón, ahí ahora pretenden poner una tienda.
Fue hace unos días que el comisario ejidal, Juan Bautista Chan Tamay, y el municipal, Juan Pat Uc, se reunieron para llegar a un acuerdo, el cual consistió en que ninguno de los dos grupos tendrá derecho de rentar chalecos, pues esta función queda en manos de Cultur, pero de lo que se obtenga el 30% se le otorgará a la comisaría municipal para que el comisario entregue apoyos a la misma gente de la comunidad, lo que favoreció la apertura del parador.—