Diario de Yucatán

Acusación de negligenci­a

Posible demanda contra el hospital Agustín O’Horán

- EMANUEL RINCÓN BECERRA

Una mujer de 53 años de edad se dice víctima de una presunta negligenci­a médica de personal del hospital O’Horán, al que acusa de haberle colocado un catéter en la región abdominal para realizarle diálisis a pesar de no tener daño nefrológic­o, insuficien­cia renal o algún padecimien­to que lo amerite.

El malestar de Sonia Palma Ojeda es aún mayor respecto al hospital, pues aunque le programan sesiones de diálisis, éstas a veces se retrasan o recibe malos tratos del personal médico.

Pueden pasar hasta tres meses sin recibir una sesión y, sin embargo, sus funciones fisiológic­as son normales, de modo que no comprende cuál es la idea de que se le practiquen diálisis.

En entrevista con el Diario, Sonia Palma recuerda que hace alrededor de un año sufrió una embolia y fue hospitaliz­ada en el O’Horán. Mientras recibía atención médica internada fue necesario hacerle numerosas tomas de muestras de sangre que, afirma, le causaron una afección que para revertirse era necesario dializar.

“¿Por qué diálisis? No tengo daño renal crónico ni nefrológic­o, no soy diabética”, les preguntaba a los médicos. “Pero me dijeron que era necesario y me colocaron un tubo para las diálisis”.

La diálisis es una forma de soporte vital mediante el cual se extraen toxinas y el exceso de agua en sangre y que se utiliza como terapia renal sustitutiv­a tras la pérdida de la función renal.

Otras razones para realizar diálisis incluyen encefalopa­tía urémica, pericardit­is, acidosis, insuficien­cia

cardíaca, edema pulmonar e hiperpotas­emia.

La diálisis puede usarse para pacientes con un trastorno agudo de la función renal (insuficien­cia renal aguda) o progresiva, pero empeorando crónicamen­te la función renal (un estado conocido como enfermedad renal crónica en estadío 5, antes conocida como insuficien­cia renal crónica).

Esta última forma puede desarrolla­rse durante meses o años, pero en contraste con la insuficien­te renal aguda, no suele ser reversible, considerán­dose la diálisis como una “medida de espera” hasta que se pueda realizar un trasplante renal o, a veces, la única medida de apoyo en los casos en que un trasplante sería inapropiad­o.

Mientras conservan su función fisiológic­a, los riñones mantienen el equilibrio hidroelect­rolítico del cuerpo. Aquellos productos finales del metabolism­o que el cuerpo no puede eliminar con la respiració­n son excretados también a través de los riñones.

A decir de Sonia Palma, sus funciones fisiológic­as están normales, sus riñones trabajan sin problema y así puede pasar semanas sin tener molestias o requerir diálisis, por lo cual no comprende hasta ahora porque sigue sometida al procedimie­nto.

“No depende de ello ni me tratan bien; hasta ahora nadie me explica por qué fui candidata a diálisis y por qué aun sin ella puedo llevar una vida normal, no lo comprendo”, dice.

“Si realmente requiriera diálisis mi salud estaría agravada por tantas semanas sin recibirla; sin embargo, me siento bien y solo por cumplir acudo a las citas, solo para recibir malos tratos y que me digan que no hay disponibil­idad y a ver hasta cuándo”, subraya.—

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Una mujer acusa de negligenci­a médica al hospital O’Horán

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