Es un paso más allá
Antes de reciclar, mejor no generes los desperdicios
Si bien es cierto que una cultura del reciclaje representa un avance en la atención del problema de la contaminación por desechos, la producción de empaques de plástico y otros materiales no degradables no se detiene. En ese caso, lo ideal es no generar desperdicios.
Dayana Borges González es una convencida de lo anterior. Para ella, la adecuada disposición de desechos clasificados y separados en centros de acopio es un avance en la lucha contra el deterioro del ambiente. Pero muchas veces ese esfuerzo no se corresponde con la rapidez con que se genera la basura.
Borges González es una de las participantes del Mercado Cero Basura, concepto mercantil empático con el medio ambiente, en el cual se pone al alcance de la comunidad artículos elaborados con tecnologías domésticas que no producen desperdicios e, incluso, se retoman formas pasadas de dis
tribución al cliente.
“Separar la basura y disponer los residuos clasificados es un gran esfuerzo para generar un cambio; sin embargo, lo ideal en todo caso es no generar esos desperdicios. Para ello habría que modificar hábitos al comprar”, dice.
Mercado Cero Basura es
una iniciativa que retoma el espíritu de antiguos métodos de producción y comercialización. “¿Te acuerdas que antes las tortillas no se ofrecían en bolsas de plástico? Debías llevar una servilleta de tela para envolverlas y, si no, se envolvían en papel de estraza”, evoca.
“El aceite para cocinar se vendía a granel y tenías que llevar la botella para rellenarla; la leche se despachaba en peroles; las galletas, en latas; las verduras, en el sabucán. No se generaban desperdicios porque no había nada que se desperdiciara”, advierte la entrevistada.
Algo así es Mercado Cero Basura, que se instala los sábados por la mañana en el parque Pista Roja, a un costado de Gran Plaza.
“Aquí vendemos mermeladas, salsas y aderezos en frascos de vidrio. Cuando la mermelada se acabe se puede retornar el envase y obtener un mejor precio al comprar más mermelada, pues ya no se pagará el costo del envase. Una compañera vende huevo orgánico y la persona que quiera comprarle debe traer su cartón o un recipiente para llevárselo. Pasa lo mismo con el pan, las galletas, semillas y plantas”, afirma.
Advierte que hasta un 30% del gasto de la compra en el supermercado es tan solo por concepto de empaques, de ahí la importancia de apoyar a los mercados populares, que, además de ofrecer productos más baratos, generan menos desperdicios.