Acusación de negligencia
Posible demanda contra el hospital Agustín O’Horán
Una mujer de 53 años de edad se dice víctima de una presunta negligencia médica de personal del hospital O’Horán, al que acusa de haberle colocado un catéter en la región abdominal para realizarle diálisis a pesar de no tener daño nefrológico, insuficiencia renal o algún padecimiento que lo amerite.
El malestar de Sonia Palma Ojeda es aún mayor respecto al hospital, pues aunque le programan sesiones de diálisis, éstas a veces se retrasan o recibe malos tratos del personal médico.
Pueden pasar hasta tres meses sin recibir una sesión y, sin embargo, sus funciones fisiológicas son normales, de modo que no comprende cuál es la idea de que se le practiquen diálisis.
En entrevista con el Diario, Sonia Palma recuerda que hace alrededor de un año sufrió una embolia y fue hospitalizada en el O’Horán. Mientras recibía atención médica internada fue necesario hacerle numerosas tomas de muestras de sangre que, afirma, le causaron una afección que para revertirse era necesario dializar.
“¿Por qué diálisis? No tengo daño renal crónico ni nefrológico, no soy diabética”, les preguntaba a los médicos. “Pero me dijeron que era necesario y me colocaron un tubo para las diálisis”.
La diálisis es una forma de soporte vital mediante el cual se extraen toxinas y el exceso de agua en sangre y que se utiliza como terapia renal sustitutiva tras la pérdida de la función renal.
Otras razones para realizar diálisis incluyen encefalopatía urémica, pericarditis, acidosis, insuficiencia cardíaca, edema pulmonar e hiperpotasemia.
La diálisis puede usarse para pacientes con un trastorno agudo de la función renal (insuficiencia renal aguda) o progresiva, pero empeorando crónicamente la función renal (un estado conocido como enfermedad renal crónica en estadío 5, antes conocida como insuficiencia renal crónica).
Esta última forma puede desarrollarse durante meses o años, pero en contraste con la insuficiente renal aguda, no suele ser reversible, considerándose la diálisis como una “medida de espera” hasta que se pueda realizar un trasplante renal o, a veces, la única medida de apoyo en los casos en que un trasplante sería inapropiado.
Mientras conservan su función fisiológica, los riñones mantienen el equilibrio hidroelectrolítico del cuerpo. Aquellos productos finales del metabolismo que el cuerpo no puede eliminar con la respiración son excretados también a través de los riñones.
A decir de Sonia Palma, sus funciones fisiológicas están normales, sus riñones trabajan sin problema y así puede pasar semanas sin tener molestias o requerir diálisis, por lo cual no comprende hasta ahora por qué sigue sometida al procedimiento.
“No dependo de ello ni me tratan bien; hasta ahora nadie me explica por qué fui candidata a diálisis y por qué aun sin ella puedo llevar una vida normal, no lo comprendo”, dice.
“Si realmente requiriera diálisis mi salud estaría agravada por tantas semanas sin recibirla; sin embargo, me siento bien y solo por cumplir acudo a las citas, solo para recibir malos tratos y que me digan que no hay disponibilidad y a ver hasta cuándo”, subraya.—