Una fiesta cívica
Un movimiento cívico que resultó todo un acontecimiento nacional fue el evento masivo de ayer que se vivió en varios lugares del país.
En Mérida, nuestra capital, la gente salió a marchar o concentrarse de una forma pacífica manifestando su preocupación por posibles cambios en la ley electoral que han polarizado los puntos de vista de la ciudadanía.
Si lo que se quiere expresar es correcto o incorrecto, es lo de menos, pues lo importante de estos movimientos es que se logre crear conciencia. Que la gente salga a la calle por un motivo que no sea la victoria de la selección mexicana o la coronación de nuestros Leones de Yucatán es motivo de júbilo para los que soñamos con una democracia para todos.
Lo que ocurrió con este movimiento de una masa inquieta por expresarse demuestra lo que se ha avanzado en el ejercicio de la democracia en el país. Para los que nacimos hace ya varias décadas es de recordar lo que pasaba en otros tiempos con este tipo de demostraciones de inquietud o descontentos.
Si esta marcha se hubiera dado en los años 60 o en los 70, lo más seguro es que hubiera acabado en detenidos, toletazos y golpeados por las autoridades encargadas de “conservar” el orden público y que seguían instrucciones de gobiernos represores que trataban al ciudadano como cavernícola.
Además, en esas épocas muchos trabajadores del sector gobierno o privado hubieran recibido amenazas si colaboraban con su participación en alguna manifestación, dada la forma como se manejaban estos asuntos en esos días. Y muchas cosas más pasaban que ya no ocurren o lo hacen en menor proporción.
Todo esto ha tenido una metamorfosis a través de los años logrando la libre expresión de nuestras inquietudes en el espacio público.
En estas décadas de cambios se ha logrado pasar de ser un país donde todo lo manejaba un partido de manera hegemónica a otro donde del año 2000 al 2018 ha habido tres partidos políticos diferentes en el poder, lo que constituye la tan deseada alternancia y que habla bien del progreso en materia democrática que la nación ha conseguido con el esfuerzo y sacrificio de muchos ciudadanos y organizaciones.
El motivo de la marcha fue la reforma del INE, para hacer sentir su postura frente a la posible reforma que se pretende.
Ahora todo quedará en manos de nuestros legisladores, que tienen la obligación de estudiar, analizar y votar por lo que más convenga para fortalecer y mejorar nuestro sistema democrá—————
(*) Ingeniero, Maestro en Dirección de Gobierno y Políticas Públicas tico y emerger como país que se esfuerza para lograr la eficacia y eficiencia de nuestros procesos electorales.
Lamentablemente nuestra democracia dista mucho de ser perfecta y necesita de cambios y contribuciones para componer las muchas debilidades que aún quedan en la estructura electoral y democrática del país.
Cuando se definen las cosas en la arena legislativa, siempre nos topamos con las votaciones de diputados o senadores que van siguiendo la “línea” o “cargada” de los partidos políticos que, en muchas ocasiones y previos arreglos bajo la mesa, en vez de buscar tomar la decisión que más convenga a la población, toman otra que quizás más conviene a intereses políticos que a cualquier otra cosa.
A pesar de saber lo anteriormente comentado, los colectivos y organizaciones, en su calidad de grupos de interés, manifiestan su parecer a los legisladores en turno para ser tomadas en cuenta, utilizando el diálogo como herramienta principal.
Es loable esta labor que con entusiasmo se hace a pesar de que muchas veces no se obtenga algún fruto de este esfuerzo. Se insiste por la vía del diálogo y la propuesta, sin doblegarse por los resultados obtenidos, llegando de ser necesario a marchas y manifestaciones públicas.
Nos falta mucho aún en democracia, pero se ha avanzado al respecto. Este avance ha tenido en consecuencia que día a día se manifieste más el interés de la gente en estos temas, ya que en décadas anteriores no eran ni siquiera motivo de plática entre los ciudadanos pues los sexenios iban y venían y no había cambio palpable, por lo que el tocar algún asunto político en una reunión solo era estéril o simplemente equivalía a “matar” el tiempo.
La gobernanza se logra con el buen entendimiento de la sociedad con el gobierno en turno para proporcionar al pueblo la gobernabilidad que se requiere para prosperar.
Sigamos participando en ejercicios democráticos siempre y cuando esto sea de manera pacífica y no como ocurre en ocasiones donde se generan disturbios y los gases lacrimógenos y las pintas a monumentos históricos hacen su aparición.
Demostremos con nuestra educación cívica que estamos preparados para ser la gasolina de este motor que se llama nación. Con la participación de todos nosotros está gran parte de la solución.— Mérida, Yucatán.