La calumnia de opositores a AMLO y la marcha
He recordado en estos días a Don Basilio, el profesor de música en El barbero de Sevilla, de Gioachino Rossini, cuando canta el aria La calunnia, ese vientecillo sutil que suavemente comienza a susurrar y luego va corriendo, / va zumbando, va zumbando; / en las orejas de la gente / se introduce hábilmente… Más tarde se propaga y se redobla / y produce una explosión / como un disparo de cañón.
He recordado esa famosa aria operística porque algo así ocurrió con la versión de que la iniciativa del presidente López Obrador proponía desaparecer al Instituto Nacional Electoral, cuando en realidad la propuesta es transformarlo. Al crecimiento de esa especie contribuyó el propio secretario de Gobernación, Adán
López Hernández, quien hizo un desafortunado comentario coloquial: al INE “ya lo van a desaparecer los diputados”.
La exposición de motivos de la iniciativa dice expresamente que “se plantea transformar la institucionalidad electoral al suprimir al INE y crear en su lugar el Instituto Nacional de Elecciones y Consultas (INEC) como autoridad electoral independiente garantizando los principios rectores de la función electoral”, es decir el nuevo órgano conservaría características esenciales de su antecesor.
Fue curioso hallar entre los manifestantes y defensores del Instituto a personajes que hace cinco años, en 2017, demandaban la renuncia de los consejeros del INE por considerar que estaban al servicio del gobierno y toleraron fraudulencias en los comicios de Coahuila y el Estado de México.
Así y todo, desde mi perspectiva, los marchistas ejercieron un derecho, el de discordar y manifestarse, y no deben ser sujetos de descalificación, menos aun desde la Jefatura del Estado.
Opciones para un plan B. Las disposiciones electorales contenidas en la Constitución son tan extensas, complejas y barrocas que legislar al margen de ellas implicaría una violación masiva a la carta magna.
Por ello el plan B esbozado en un primer momento por AMLO, basado en reformas legales y no constitucionales, es inviable. El Presidente reconoció después que sus posibilidades de reformas legales son muy limitadas.
Sin embargo, hay caminos que podrían explorarse para preservar los contenidos sustantivos de la iniciativa presidencial. Anoto algunas posibilidades:
1) Negociar y conservar el principal contenido de la iniciativa presidencial: la desaparición de legisladores de mayoría relativa y su conversión en diputados y senadores de representación proporcional.
2) Conservar la totalidad de la propuesta presidencial, pero aplazar su entrada en vigor para una fecha posterior a los comicios de 2024. Negociar la reducción del financiamiento público a partidos políticos, en términos menos drásticos que los contenidos en la iniciativa.
3) En cualquier caso, garantizar expresamente la autonomía del órgano electoral (INE o INEC) y agregar que el padrón electoral, la lista nominal y la credencial para votar son de la competencia de éste.
4) Debatir y negociar la implantación de la segunda vuelta en la elección presidencial, que es una demanda de la oposición.
Por supuesto, otros puntos B podrían agregarse a esta lista, que no pretende ser exhaustiva.— Ciudad de México.