Es una imagen llena de secretos
Charla ahonda en los detalles de la Guadalupana
Los significados y múltiples signos y mensajes que se pueden encontrar en la imagen de la Virgen de Guadalupe fueron el tema de la conferencia que ofreció Guillermina Ríos Constante, directora del apostolado Centro Sacerdotal Logos.
La estudiosa de las apariciones de la Guadalupana y de la imagen grabada en la tilma de Juan Diego ofreció ayer por la noche la conferencia “Descifrando el código guadalupano”, en la iglesia del Inmaculado Corazón de María, en el fraccionamiento Brisas.
Resaltó que la flor de cuatro pétalos, que se encuentra debajo de la cinta que la Virgen tiene atada en la cintura, es lo más importante de la Guadalupana, aunque casi nadie la distinga. Para los mexicas, una flor de cuatro pétalos estaba relacionada con el hijo del rey Sol.
Añadió que en el marco que rodea a la Virgen hay 46 estrellas que forman parte de nueve constelaciones y destacó el color miel —un tanto verdoso y amarillento— de los ojos de la Virgen Morena, tal como era el de los mayas y como era el color de los ojos de Felipe Carrillo Puerto.
También hizo referencia a la simetría de la tilma, que mide 1.70 m por 1.05 m, que al multiplicarse dan el número áureo, que algunos llaman el número mágico.
Al adentrarse a los símbolos del código guadalupano, contó que ha tenido la oportunidad de ver de cerca la tilma con la imagen de la Madre de Dios, y el brillo en los rayos plasmados en la tela se ven como oro.
La cinta o faja negra que porta la Virgen era en tiempos prehispánicos señal de la mujer noble embarazada, “ella es la Madre de Dios”, y justo debajo está la flor de cuatro pétalos. Indicó que la túnica y el manto son cosas distintas, ya que la túnica es el vestido y el manto, lo que va sobrepuesto, que generalmente se representa en color verde, aunque en realidad es de una tonalidad azul verdosa. En el pasado, el emperador Moctezuma era el único que podía portar esos colores, por eso a la Virgen de Guadalupe le llaman la Emperatriz de América.
La túnica es de color rosa salmonado con sombras entre marrón y carmesí y representa la tierra.
Los rayos del Sol que rodean a la Virgen anuncian la llegada de Cristo Jesús y los rayos en forma ondulada se relacionan con la elevación con Quetzalcóatl.
Reiteró que el manto de la Virgen de cerca se ve azul verdoso y al tocarlo, es similar a la textura de una mariposa. Solo el emperador o tloatoni podía portar una vestimenta azul por el cielo y verde por la vida, que constituían los colores sagrados para los aztecas.
Las estrellas del manto están en la posición precisa del firmamento el 12 de diciembre de 1531 y corresponden al orden de las constelaciones en el solsticio de invierno de ese año.
El ayate de Juan Diego, en el que la Virgen dejó plasmada su imagen, está hecho de fibras vegetales y aún así se ha conservado por cientos de años.
La plática se realizó como parte de la preparación de los fieles para celebrar a la Guadalupana el 12 de diciembre.—