El parteaguas de Tsitsipas: Mérida
Stéfanos y su hermano Pavlos, considerado para la Copa Mundial Yucatán, parte de una familia que respira tenis
Como dijo Jorge Haro Giffenig, director de la Copa Mundial Yucatán, algo tiene el evento juvenil de Mérida que cada vez más gente quiere estar en su draw.
Lo dijo porque, al anunciar a los principales jugadores que estarán en la edición 35, cuyo torneo de clasificación arranca hoy en el Club Campestre, aparecieron nombres como el del número uno del mundo, el paraguayo Adolfo Andrés Vallejo, y apellidos que son hoy en día de la élite del tenis mundial, como Tsitsipas y Monfils.
Pavlos Tsitsipas, con 17 años y hermano de Stéfanos, una de las luminarias actualmente, apareció entre los nombres presentados por Haro Giffenig en el Gran Museo del Mundo Maya. Stéfanos, griego con origen soviético, vino a Mérida cuando era un juvenil, como lo hará Pavlos, y fue precisamente aquí donde, relató en su momento el actual número 3 del mundo, comenzó el despegue de su carrera en el deporte blanco.
Entonces, se entiende, por algo Pavlos vendrá a jugar en la arcilla del Club Campestre. Algo tiene de aura el torneo meridano, donde hoy habrá un río humano de juveniles esperando su turno para jugar la qualy y esperar a estar el lunes en el draw principal del principal evento tenístico de esta categoría en América Latina. El Grado A es un atractivo, sin duda.
Una publicación del periódico deportivo “Récord” de 2015, cuando Stéfanos se aprestaba para jugar en el
Abierto Mexicano de Acapulco, indica que “en noviembre de 2014, un joven de origen griego llegó a Mérida junto a su padre con la maleta colmada de sueños. El abrumador calor no otorgaba tregua ni siquiera porque se trataba del otoño y la humedad hacía escurrir de sudor al entonces poco conocido adolescente Stéfanos Tsitsipas, quien participaría en la Copa Yucatán de Tenis. Y ahí fue donde todo comenzó para el ateniense, pues a pesar de no haber conseguido el título, vio aquel viaje al Sureste mexicano como un parteaguas en su carrera”.
En su primera conferencia en Acapulco, Stéfanos, hoy con 24 años de edad, dijo: “En México he estado años atrás cuando vine aquí a jugar un evento de juniors en la Ciudad de México y luego al Yucatán Mérida Open, que fue mi primera vez que viajé seriamente con mi papá y fue semanas antes de que luego jugara la final del Orange Bowl Juniors (Orlando, Florida), y fue mi primer tipo de elevación en el tenis. Así que México es donde todo empezó para mí, persiguiendo el sueño como meta”.
El ascenso de Stéfanos en la ATP fue meteórico. Primer griego en ganar un torneo en el Tour, se ha ganado la admiración de los aficionados por mostrar una personalidad relajada ante la vida.
Y los que saben de su historia personal, comentan que el jugador se le reconoce como un hombre de familia, pues los suyos suelen viajar con él a lo largo de la temporada. Su padre, Apostolos, no solo es su entrenador en tenis, sino que fue quien lo salvó de morir ahogado cuando Stéfanos fue arrastrado por la corriente del mar en la Isla de Creta. Apostolos nació en la desaparecida Unión Soviética y fue campeón de fútbol en Juegos Olímpicos defendiendo la franela del imperio ruso, pero dejó todo para dedicarse a seguir la vida de su hijo mayor en el tenis en lo que se considera es la segunda oportunidad en la vida para él, tras el infortunio de las aguas de Creta que casi le matan.
Su madre, Julia Apostoli, también nacida en Rusia, jugó tenis profesional. Se entiende, entonces, que para la familia Tsitsipas hablar de tenis y deporte es como rezar.—