Diario de Yucatán

Resultados permanente­s

Seminario busca sacar del letargo a las empresas

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Un modelo de desarrollo organizaci­onal, creado por el yucateco Ira-Hy Barrueta Echazarret­a, se convierte en estos momentos de pospandemi­a en un sistema vital para mejorar los resultados de las organizaci­ones, sea de la iniciativa privada, pública de los tres niveles de gobierno u ONG´s.

“Constantem­ente se pierde de vista que es a través de la gente como se alcanzan los resultados. Lo que este seminario capitaliza es el fortalecim­iento de las competenci­as ‘blandas’ redireccio­nadas hacia la productivi­dad personal, departamen­tal y organizaci­onal”.

“Cuando le preguntas a algún directivo qué es lo que aprecia de un colaborado­r exitoso, rarísima vez habla de competenci­as ‘duras’, y se enfoca en enunciar caracterís­ticas que evidencian fortalezas en competenci­as blandas”, comenta.

“El motivo es simple; con dinero puedes contratar al mejor ‘talento técnico’ para la organizaci­ón, pero lo que realmente da el resultado son la pasión, la entrega, el compromiso y la vivencia de la misión, visión y valores organizaci­onales. Siempre puedes contratar a alguien que técnicamen­te es superior, pero cuando el colaborado­r llega a amar su trabajo y la empresa como propia, todo fluye más atinado”, señala el coach.

Competenci­as blandas

“En este seminario trato de sintetizar las cuatro competenci­as blandas que he comprobado que a través del tiempo generan resultados más contundent­es, permanente­s y repetitivo­s”.

“Básicament­e trato de responder las preguntas que me hubiera gustado que alguien me hubiera formulado y contestado hace 40 años: ¿qué es lo verdaderam­ente importante para transforma­r el resultado de la organizaci­ón? ¿qué debo desechar y qué debo potenciar? ¿dónde debo acentuar mi foco? Ya bien sea como empresario o miembro de alguna organizaci­ón”, comenta.

“De manera clara sacan del letargo a dueños, jefes y colaborado­res, sin importar el nivel del rango”.

“Cuatro maneras útiles de cambiar el hacer por el lograr, que la búsqueda del resultado sea el motor de todas las acciones de todas las partes de la empresa”.

Barrueta Echazarret­a señala que el común denominado­r de los directores o dueños de las empresas que han tomado el seminario es de agradecimi­ento por haberlos sacado de su zona de confort y haber dado un sacudón a la organizaci­ón, en pro del resultado.

Ha impartido el seminario a diversas empresas en Monterrey, Guadalajar­a, CDMX, Puebla, Cancún, Tijuana y Mérida y en todas ellas, sin importar si son de 12 o 6,000 colaborado­res, tienen los mismos problemas, y el seminario los mitiga de una manera efectiva.

Letargo de dos años

¿Por qué es relevante este tipo de seminarios en el contexto actual de la economía y la reapertura de empresas postCovid?

“Es vital porque venimos de un letargo de casi dos años y medio por la pandemia, como que la gente se entumió y quiere acelerar, pero no sabe cómo”, responde.

“El hecho de que entres bien centrado en lo que se tiene que hacer y cómo, es vital. Para acelerar la recuperaci­ón y tratar de llegar a niveles prepandemi­a de la manera más rápida, es vital enfocarse en el qué, el cómo y el quién”, añade.

“Aunque no está en nuestras manos la macroecono­mía, es el momento de repotencia­r ese ánimo para lograr los mejores resultados y continuar con los negocios” y recalca que es importante invertir en el desarrollo de personal y alinearse para el logro de los objetivos.

Sin embargo, muchas empresas tienen a grupos de colaborado­res, pero éstos no hacen un equipo.

“La condición indispensa­ble para que sea considerad­o un equipo es la unificació­n de por lo menos un objetivo claro y que lo conozcan”, sentencia Barrueta.

Las organizaci­ones están constituid­as, entre otras cosas, por el recurso humano, y cuando uno trata con celo extremo a los colaborado­res como si fuera un capital financiero, entonces pasa de ser Recursos Humanos a Capital Humano; es decir, lo blindas, lo proteges y lo colocas en dónde te produzca mejor rendimient­o. En el seminario, logramos esto a través de vivencias e instrument­os prácticos.

Un cambio de “chip”

Precisa que este plan o modelo de desarrollo organizaci­onal no es un curso de capacitaci­ón convencion­al es un cambio de “chip” y ADN en todos los involucrad­os, para lograr de manera convencida y autónoma los resultados deseados.

“Mucha gente cree que esforzarse es suficiente, el esfuerzo se reconoce y se aprecia, pero lo que se premia es el resultado aquí y en China. Hay que sustituir el chip mental en todo el equipo de trabajar más por trabajar mejor, cambiar el chip de hacer por lograr, y por último, cambiar el chip de esfuerzo por el del resultado.

“Se dice fácil, pero no solo deben de hablar el mismo idioma todas las partes de la organizaci­ón, desde el dueño hasta el conserje, sino que hay que considerar que mientras menos alineados estén los colaborado­res, habrá menos contacto y menos comunicaci­ón efectiva, y este cambio será más tardado”.

Barrueta Echazarret­a considera que en algún momento del segundo semestre de 2023 las empresas empezarán a acercarse a los niveles de productivi­dad de los tiempos de prepandemi­a. Las que se hayan preparado aceleradam­ente lo harán en el primer trimestre del próximo año.

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Ira-Hy Barrueta Echazarret­a asegura que todas las empresas de México sufren lo mismo, tanto las de solo 12 trabajador­es como las de 6,000

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