Desde una mirada más empática
Las mujeres pueden empoderarse al entrar a la etapa de la menopausia con tratamientos más individualizados y recibiendo una atención clínica y social comprensiva, señalan
La menopausia —el momento que marca el final de la vida fértil para la mitad de la población mundial— es diferente en cada mujer pero, al día de hoy, se sigue abordando como un problema de salud menor fácilmente subsanable con terapia hormonal, señala EFE.
Un especial de cuatro artículos publicados en la revista “The Lancet” urge a abordar la menopausia con más información sobre los síntomas y los riesgos, con mejores tratamientos y más individualizados, y con una atención clínica y social más “empática” que ayude a las mujeres a empoderarse más en esta etapa de su vida.
Martha Hickey, coautora de la serie e investigadora de la Universidad de Melbourne y del Royal Women’s Hospital (Melbourne), explica que “la idea errónea de que la menopausia es siempre un problema médico que anuncia sistemáticamente un deterioro de la salud física y mental debe cuestionarse en la sociedad”.
“Muchas mujeres viven vidas gratificantes durante y después de la menopausia, contribuyendo al trabajo, la vida familiar y la sociedad en general. Cambiar la visión de la menopausia como parte de un envejecimiento saludable puede ayudar a las mujeres a superar esta etapa de la vida y reducir el miedo de quienes aún no la han experimentado”, subraya.
El especial de “The Lancet” también revisa estudios previos que analizan la relación entre la menopausia y la salud mental y concluye que no hay pruebas sólidas que respalden la creencia de que la menopausia eleva el riesgo de ansiedad, trastorno bipolar, psicosis o suicidio.
En cuanto al tratamiento de la menopausia, los investigadores recuerdan que el 80% de las mujeres sufre sofocos y/o sudores nocturnos, y más de un tercio (38%) describe estos síntomas como moderados o graves a los 50 años de edad.
El tratamiento más eficaz para estos síntomas es la terapia hormonal menopáusica (THM) o terapia hormonal sustitutiva (THS), que ayudan a mejorar el sueño y el estado de ánimo, y previenen las fracturas. Sin embargo, no hay pruebas que demuestren el beneficio de la terapia hormonal para otros síntomas de la menopausia o del envejecimiento.
Un 10% de las mujeres afronta menopausia prematura (antes de los 40) o precoz (entre los 40 y los 44 años), que suelen diagnosticarse tarde, por lo que algunas experimentan angustia y aislamiento, y además elevan el riesgo de padecer enfermedades cardiovasculares y osteoporosis (fragilidad ósea).
Por todo ello, los artículos publicados urgen a una mayor comprensión de los mecanismos, mayor concienciación, mejores tratamientos y apoyo adicional a todas las mujeres que necesitan cuidados específicos.