Diario de Yucatán

La contienda por la gubernatur­a yucateca

- FREDDY ESPADAS SOSA ( * ) (*) Doctor en Educación. Exdirector de la Universida­d Pedagógica Nacional en Yucatán. canek_1999@yahoo.com.mx

El candidato a la gubernatur­a del estado por la coalición PRI-PAN-Panal, Renán Barrera Concha, decidió adoptar la Bandera Yucateca (BY) como el ícono principal de su propaganda político-electoral.

Todo parece indicar que el alcalde de Mérida con licencia prefiere utilizar la BY como su referente central, en lugar de utilizar los símbolos de los partidos que respaldan su candidatur­a a la máxima responsabi­lidad pública de nuestra entidad.

En extensa entrevista periodísti­ca, Renán Barrera intentó defender lo indefendib­le: justificó con diversos subterfugi­os apocalípti­cos la alianza con su otrora archienemi­go el PRI, aduciendo que “la mayoría de los yucatecos comprendió y entendió que deben cuidar a Yucatán ante el peligro de que el partido Morena acabe con todos los logros y convierta al estado en una gerencia del centralism­o y de la Presidenci­a de la República” (D.Y., 25 de marzo, Local, P. 5).

En la citada entrevista, Barrera Concha también defendió el uso de la BY como símbolo dominante de su campaña, por encima de los emblemas de los partidos políticos integrante­s de la coalición que lo propone para la titularida­d del Ejecutivo estatal.

En su natural obsesión por levantar su campaña —y a sabiendas de que hasta ahora se mantiene en un electrizan­te empate técnico con Huacho Díaz Mena, el candidato de la coalición Morena-PT-Pevem—, Renán Barrera asume una peligrosa posición de enfrentami­ento insano con la Federación, precisamen­te azuzando el uso de la BY para enfatizar los “intereses localistas” en su campaña, al afirmar vehementem­ente: “Hoy, ante el centralism­o del gobierno federal hay que (o) poner la bandera yucateca para repetir que aquí vamos defender los intereses de los yucatecos”, dejando por sentado de manera perniciosa que los intereses de la Federación son, hoy por hoy, contrapues­tos a los de quienes habitamos este tirón de la República.

Más allá del revuelo que pudiese estar causando el uso de la BY por los estrategas de Renán Barrera, resulta interesant­e esclarecer hasta qué punto este lábaro regionalis­ta mantiene alguna vigencia o cierta significac­ión para todos los yucatecos.

Este editoriali­sta consultó con varios historiado­res que conocen bastante sobre el tema y todos coincidier­on en señalar que la irrupción efímera de esta bandera en realidad fue un accidente histórico en nuestro estado.

Asimismo, en la página oficial del Ayuntamien­to de Mérida se consigna la siguiente informació­n que da cuenta de este incidente histórico, propiciado por las élites políticas de los tiempos del centralism­o que impuso el presidente Antonio López de Santa Ana: “Don Juan Francisco Molina Solís, en su ‘Historia de Yucatán’ apunta que la noche del día 16 de marzo de 1841, estando en sesión solemne de instalació­n el Ayuntamien­to de Mérida, un grupo de personas sin armas comandadas por Don Miguel Barbachano, Don Martín Peraza y otros, invaden la Sala Consistori­al para solicitar que el municipio de Mérida requiera al Congreso que declare la independen­cia de Yucatán.

“Los ediles, presionado­s por los barbachani­stas, ofrecen intervenir ante los representa­ntes del pueblo. Los peticionar­ios con aires de triunfo, aplauden y gritan vivas a los concejales. Los más exaltados, alzados en pasión, subieron al techo del Palacio Municipal e izan la enseña yucateca”.

A decir verdad, con el paso del tiempo la presencia de la flamante bandera yucateca se fue difuminand­o, dada su irrupción efímera en el acontecer histórico de nuestra entidad. Es decir, en ningunos de los periodos históricos de relevancia en nuestro estado —Guerra de Castas, República Restaurada, Revolución, periodo posrevoluc­ionario, finales del siglo XX— fue enarbolado este lábaro para levantar las causas de nuestro estado, por legítimas que éstas hubiesen sido.

Por lo anterior, sostenemos la hipótesis de que este lábaro regionalis­ta/localista nunca se afianzó en la memoria colectiva del pueblo yucateco ni éste la asume, hoy por hoy, como un componente de su identidad histórica, social y cultural.

Con el lábaro en comento ocurre algo similar que con el llamado himno yucateco, el cual reflejó épicamente la ardua lucha del pueblo mexicano —encabezado por el presidente Benito Juárez—, en contra de la invasión de los imperialis­tas franceses. No obstante, este himno tampoco se afianzó ulteriorme­nte en el sentir ni en la memoria del pueblo yucateco.

Cabe añadir a estos comentario­s que tanto la BY como el himno yucateco no están reconocido­s en la Constituci­ón Política de nuestro estado ni en ninguna legislació­n secundaria.

En conclusión, creemos que exaltar el localismo y repudiar a la Federación bajo el cobijo de una bandera que poco o nada significa para los yucatecos, representa una mala estrategia política y mercadológ­ica del flamante candidato del PRI-PAN-Panal al gobierno del estado.

De persistirs­e en el uso de la llamada bandera yucateca como ícono central de su campaña, habría que preguntarn­os si a Renán Barrera le alcanzará el paño para mejorar su estancada posición en las intencione­s de voto de los ciudadanos. Veremos.— Mérida, Yucatán.

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