Prevalece el respeto
El Viernes Santo se vive ahora de manera diferente
Hasta hace algunos años, el Viernes Santo se caracterizaba por ser un día silencioso, de escasa actividad económica y ninguna social, pues las familias lo dedicaban a participar en los oficios religiosos y evitaban las diversiones y todo aquello que pudiera romper el ambiente de dolor y luto.
Sin embargo, los tiempos cambian y nuevas dinámicas sociales se han adoptado en Yucatán, donde ahora se tienen otras formas de vivir el Viernes Santo, que, de acuerdo con un sacerdote, si bien no son expresiones de ateísmo, sí representan una falta de religiosidad.
El padre Jorge Martínez Ruz, vocero de la Arquidiócesis de Yucatán, recordó que Yucatán, y particularmente Mérida, han experimentado un sustancial crecimiento de población, en buena medida por la migración de personas de otros estados y países que tienen ideas diferentes sobre la fe y la espiritualidad.
“Las cosas han cambiado mucho pero los preceptos siguen vigentes. Existen muchas personas que muy a su modo le dan sentido al Viernes Santo, pero esto no quiere decir que todo aquello que se vive en este día en los templos, centros comunitarios y pastorales o en las misiones registre menos participación y devoción, eso es algo que nos habla del profundo sentido de respeto y recogimiento que prevalece”, declaró al Diario.
“Mucha gente cree a su manera, no son ateos pero viven una irreligiosidad que no les permite profundizar en la fe y el sentido del Viernes Santo”.
“Por otro lado, el comercio abre en Viernes Santo porque hay demanda de productos y servicios que deben satisfacerse”, admitió.
Subrayó que, aunque es evidente que hay personas que viven el Viernes Santo de forma displicente, también es motivante y esperanzador observar el gran número de fieles que se dan cita en los oficios y actividades propias de los días santos, como viacrucis, rosarios y demás expresiones de recogimiento por el recuerdo de la muerte de Jesucristo.
“Podemos ver muchas personas en la calle, en los comercios, las plazas, los cines, pegadas al celular, a la computadora, a la televisión; en restaurantes, playas y centros de recreo, pero por todos ellos hay un gran número de fieles que saben darle sentido de penitencia y dolor al día, jóvenes que acuden a las misiones o llevan la Palabra a comunidades apartadas, que viven la Pascua como se lo han inculcado sus padres y a éstos sus abuelos. También hay viacrucis en los que participan niños y adultos mayores”, afirmó.
El sacerdote destacó que vivir el Viernes Santo es profundizar en el misterio pascual, acercarse al momento en que Jesús fue crucificado y entender lo que su sacrificio significó para toda la humanidad.
Agregó que la misma tecnología que mal empleada aleja a las personas de la fe es la misma que “nos hace comunión en torno al Papa en tiempo real, cuando seguimos a través de la televisión o un dispositivo electrónico lo que conlleva el Triduo Pascual, llevando su mensaje a los confines más apartados de la Tierra”.—