Cambiar los estereotipos
Donovan Carrillo y una historia grande en hielo
Que los mexicanos, todos, piensen como “Chicharito” Hernández: “Hay que imaginar cosas chin...”.
Que los mexicanos hagan como él: “Acabar con los estereotipos de que las actividades artísticas, el deporte de este tipo, solo puede ser practicado por mujeres”.
Y, sumando de a poco, ser lo que es actualmente: un referente mexicano en el mundo del patinaje artístico sobre hielo.
Donovan acaba de finalizar una interesante participación en el Campeonato Mundial de Patinaje Artístico sobre Hielo en Montreal, donde hizo enchinar la piel de miles de mexicanos compitiendo a los acordes de “Bésame mucho”, interpretada, entre otros, por Pedro Infante. Antes, danzó en el hielo con “Hasta que te conocí”, de Juan Gabriel, y los encantos de los mexicanos, y de otras naciones, no se hicieron esperar.
“Me encanta sentirme arropado, de sentirme mexicano, creo como de la antigua, pero así me siento bien y rindo homenaje a esas canciones que me encantan mucho”, expresó el originario de Guadalajara, durante una plática con el Diario en un café de Plaza Galerías, donde, minutos antes ofreció algunas clases en esa pista.
Donovan, comenta, “primero me la tuve que creer. Creo que eso pasa, que los mexicanos no nos atrevemos a pensar de esa forma. Como dijo ‘Chicharito’ Hernández: ‘Hay que pensar cosas chin...’”, relata.
Él, sin oportunidades en Guadalajara, en 2013 se decantó por ir a León, donde había una pista que lo arropó muchos años, hasta que se decidió luego por emigrar a Toronto.
Tiene claro que se pueden alcanzar metas claras, como las suyas, pero también que no puede sentarse pensando que lo ha logrado todo.
“Tenemos que cambiar los estereotipos en México, esos que piensan que los deportes artísticos son solo para mujeres, que los varones no pueden hacerlo. Podemos, si queremos, pero también, si se quiere llegar lejos, no puedes hacer lo mismo que todos”.
Donovan elogió el trabajo que ha hecho el deporte yucateco en los años recientes, en una pausa de un muy a gusto café con su entrenador Jonathan Mills y la entrenadora yucateca Ana Camila González Zentella.
“Ha crecido, me ha tocado ver en los eventos nacionales que van las niñas y niños de aquí a ganar las medallas. Tienen a Natalia Acosta (Moisés), que de Yucatán ha ido a competir por México en el Júnior Grand Prix. Eso es para sentirse orgulloso, para seguir trabajando fuerte”.
Los trabajos de un patinador de la elite, como Donovan, van más allá del simple hecho de entrar al hielo con patines. “Se requiere de mucho más, de ballet, de gimnasia, de artística, tener mucha disciplina. Las jornadas de trabajo son y serán siempre muy exigentes, demandantes, para quien quiera llegar lejos”.
Y lo sabe más que nadie. Desde que tomó la decisión de irse a León, siendo casi un niño, hasta lo que está viviendo ahora como el hombre de México en el patinaje artístico sobre hielo.
“Yo sé que, si nos lo proponemos, podemos alcanzar grandes metas. Pero también hay que ponerle mucho entusiasmo y dedicación, más del cien por ciento”, expresa Donovan, actualmente con 23 años de edad.
Ese tipo de experiencias las vive constantemente, como en estos días recientes, cuando estuvo totalmente concentrado en el Campeonato Mundial de Montreal, junto a la crema y nata de este deporte.
“Soy un mexicano muy orgulloso por ir a un Campeonato Mundial, por representar al país, y por poder decirles a niños y niñas, que si quieren, si se lo proponen, es posible lograrlo. Pero hay que sacrificar mucho”.
Viajes, entrenamientos, concentraciones, dietas y más van en la agenda y equipaje de un patinador como Carrillo Suazo, que también se da tiempo, como ahora en Mérida, de poder enseñar algo de lo que le ha dado el patinaje.
Durante estos días en Mérida, ha dedicado tiempo completo a enseñar los detalles desde cómo patinar, a hacer ejercicios, gimnasia y más de lo que envuelve a esta disciplina. También, se ha puesto los patines para surcar el hielo de la pista yucateca, en medio de temperaturas elevadas afuera, y realizar sus saltos y vueltas en el aire. Como pez en el agua. “Soy feliz haciendo lo que me gusta”, dice. No hay duda.—