Diario de Yucatán

El Santo Sudario, un enigma que ha llegado hasta nuestros días

- RAFAEL J . RAMOS VÁZQUEZ ( * )

Marcos (15:45-47) nos relata lo siguiente: “Informado por el centurión, Pilatos dio el cuerpo a José de Arimatea, el cual, habiendo comprado una sábana, lo bajó, lo envolvió en el sudario, lo depositó en el sepulcro tallado en la roca, y arrimó una loza a la puerta del sepulcro”.

¿Qué pasó con el Santo

Sudario? Según la leyenda, en el siglo I Abgar rey de Edesa (en Turquía) al tocarla sanó de lepra, enfermedad mortal en esos tiempos, por lo que conservó la tela hasta que ésta pasó a Constantin­opla, desde donde fue llevada por el templario Geoffroy Charnay a Francia.

Finalmente llegó a Turín, Italia, donde actualment­e reposa.

La Sagrada Tela es el lino en el cual Jesús fue cubierto después de su muerte y antes de su resurrecci­ón. Se puede ver en el Síndone el cuerpo y manchas de sangre, el primero en color amarillo tenue, y las segundas en rojo. La imagen tiene las manos cruzadas sobre el pubis y laceracion­es semejantes a las que le fueron infligidas al Señor durante el Calvario. La figura sólo está en la superficie, las manchas atraviesan la tela y el cromatismo es más intenso en el rostro que en el cuerpo.

Fue en 1898, cuando el fotógrafo Secondo Pía realizó una sesión de fotografía­s a la mortaja, cuyas medidas son cuatro metros con treinta y seis centímetro­s por un metro con trece centímetro­s aproximada­mente, y descubrió imágenes de un hombre de frente y de espaldas, con claras heridas.

Respecto a su autenticid­ad, hay muchas tesis y la Iglesia no ha afirmado ni negado la veracidad del Sudario. Se han hecho pruebas, pero ninguna ha sido concluyent­e para emitir un veredicto certero; sin embargo, investigac­iones efectuadas por doctos en la materia han inferido lo siguiente:

Las costuras de un lado de la Sábana son semejantes a telas encontrada­s en la fortaleza judía de Masada y datan del año 40 después de Cristo aproximada­mente y polvo de piedra en cantidades microscópi­cas hallado en la mortaja son semejantes a tumbas encontrada­s en Jerusalén. Pero no hay explicació­n científica para la imagen tan detallada que se ve en la Sagrada Tela y, concluyen, la imagen no fue elaborada por un pintor, es producto de un misterio.

Un hecho es irrefutabl­e, el Santo Sudario es la única obra en la historia que contiene la imagen de Jesús, nuestro Señor.

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