Cambio de mentalidad
Recién conmemoramos el Día Mundial de Concienciación sobre el Autismo.
En un discurso, el papa Francisco recordó que, “de hecho, al llevar al cabo proyectos de investigación e iniciativas en favor de los más débiles y desfavorecidos están aportando una valiosa contribución a la lucha contra la cultura del descarte, muy extendida en nuestra sociedad. Nosotros somos víctimas de esta cultura del descarte”.
Asimismo, el papa Francisco aprovechó la oportunidad para compartir algunas líneas de reflexión y compromiso. La primera de estas líneas estuvo centrada en la promoción de la cultura de la inclusión y pertenencia contra la cultura del descarte.
“La discapacidad, en todas sus formas —precisó el Papa— representa un reto y una oportunidad para construir juntos una sociedad más inclusiva y civil. Por eso es necesario seguir sensibilizando sobre los distintos aspectos de la discapacidad, rompiendo prejuicios y promoviendo una cultura de inclusión y pertenencia, basada en la dignidad”.
Y poniendo como ejemplo la figura de Santa Margarita de Città di Castello, la joven discapacitada que puso su vida en manos del Señor para dedicarse por completo a la oración y a la ayuda a los pobres, el Santo Padre los animó a promover la dignidad de todos aquellos hombres y mujeres frágiles y vulnerables, que con demasiada frecuencia son marginados porque se les califica de diferentes o inútiles, pero que en realidad son un gran activo para la sociedad no solo en el campo de trabajo, sino en toda su “vocación”.
Cultura de la inclusión
Un aspecto esencial de la cultura de la inclusión, afirmó el papa Francisco, es la posibilidad de que las personas con discapacidad participen activamente.
“Situarlos en el centro significa no solo romper las barreras físicas, sino también garantizar que puedan participar en las iniciativas de la comunidad civil y eclesial y aportar su contribución. Esto significa apoyar su proyecto de vida mediante el acceso a la educación, el empleo y los espacios de ocio donde puedan socializar y expresar su creatividad. Esto requiere —precisó el Papa— un cambio de mentalidad. Se han dado grandes pasos en esta dirección, pero los prejuicios, la desigualdad y la discriminación siguen existiendo”.
“También en el ámbito de la discapacidad, las comunidades eclesiales y civiles están llamadas a trabajar en red, a colaborar armoniosamente para ayudar a los más débiles y desfavorecidos a hacer oír su voz. De este modo, se aplica la subsidiariedad y se valora la contribución de todos aquéllos que llevan mucho tiempo trabajando por las personas con discapacidad, creando una gama amplia y diversificada de apoyos”.—
“Apoyar su proyecto de vida mediante el acceso a la educación, el empleo y los espacios de ocio donde puedan socializar y expresar su creatividad. Esto requiere un cambio de mentalidad”