“Florentino” y Ortega hacen un milagro
Dos orejas para el diestro en la Real Maestranza ayer
Suele pasar que los toros para los carteles de figuras generalmente no cumplen con la expectativa.
Ocurrió ayer en una tarde clave en la Maestranza de Sevilla, donde un toro, el sexto y último, salvó todo. Y también colaboró para ese rescate el toreo de Juan Ortega, que le tumbó las dos orejas merced a una faena llena de arte y empaque.
La plaza colgó el “no hay billetes” para la segunda comparecencia de Morante de la Puebla y para la reaparición de Daniel Luque tras su Puerta del Príncipe de hace unos días. Ortega completaba la cartelera de una de las citas más esperadas de la Feria de Abril, en día en que Sevilla se llenó a tope en todos lados: plaza de toros, bares, restaurantes. La jornada de gala.
Pero los toros siempre condicionan todo. Ayer pasó de nuevo, con el encierro titular de Domingo Hernández, la hermana Garcigrande y otro sobrero de Matilla. De no ser por el sexto y sus cualidades, del hierro titular, se estuviera hablando de fracaso rotundo para los criadores.
Porque fue “Florentino” el que, junto con Ortega, se unieron en sinergia para dar a Sevilla y su expectante tarde algo de decoro. Un milagro, como apuntaron muchas reseñas, para salvar la tarde del lunes de Feria.
Ortega toreó como quisieran hacerlo los que llegan a la arena amarilla de Sevilla. Que haya un momento, uno nada más, para apretar las manos y cuajar una serie de lances de capa y un ramillete de muletazos que encandilaron, dejando un rico aroma de torero caro y también de esteta. Toreando lento y dominando la embestida del enemigo.
El balance final fue con Morante y dos labores silenciadas, en el plan del Morante al que nada le sale en una tarde grande. Y Daniel Luque, con una oreja del quinto, toreado con mucho agrado por el de Gerena, que está saliendo de Sevilla muy lanzado para el resto de la temporada. Para los ganaderos, jornada de reflexiones.—