Diario de Yucatán

El “Púas”, un boxeador mexicano de leyenda

- RAFAEL J . RAMOS VÁZQUEZ ( * )

Fórum de Inglewood, California, agosto de 1969. En el entarimado están a punto de cruzar guantes por el campeonato mundial de peso gallo, el monarca australian­o Lionel Rose y el mexicano Rubén Olivares, quien luce como indumentar­ia una calzonera negra con cinturón y franjas rojas. En la esquina, su manejador, el experiment­ado Arturo Hernández, apodado “El Cuyo”. El tercer hombre era Larry Rosadilla, un experto en esas lides.

Suena la campana y el de la colonia Bondojito despliega sus mejores armas e intercambi­a golpes sin miedo. Inicia el quinto asalto y haciendo uso de su gancho de izquierda castiga severament­e al defensor del título, quien a los dos minutos de ese episodio se rinde.

El réferi levanta el brazo a Olivares y lo proclama nuevo campeón de las 118 libras. México tenía un nuevo ídolo. “El Púas”, cuando le ganó al de la tierra del canguro, lucía en su palmarés un récord invicto con 51 victorias, de la cuales 49 habían sido por la vía rápida.

Rubén fue un ídolo del pueblo, poseía un talento innato para ese deporte, un juego de piernas excelso, una resistenci­a de roca y una poderosa pegada en ambas manos, que sin golpear fuerte sus cañonazos eran de mucha potencia. Olivares combatió en toda su trayectori­a cerca de 600 asaltos, producto de 105 combates, saliendo con la mano en alto en 89 ocasiones, de las cuales 79 fueron por la vía del cloroformo, 13 derrotas y 3 empates, todo eso durante los más de veinte años que estuvo en esa dura profesión.

Su primera derrota, en el combate 62, fue ante Jesús “Chucho” Castillo.

Rubén protagoniz­ó una vida bohemia y disipada, que le impidió durar más y tener un mejor récord.

En una entrevista le preguntaro­n: ¿De qué se arrepiente? Contestand­o: “De haber ‘chupado’ mucho, gracias a Dios lo dejé, porque a veces peleé en condicione­s deplorable­s”.

A pesar de todo, “El Púas” es considerad­o el mejor mexicano de todos los tiempos en peso gallo. Incursionó en la categoría pluma, donde se coronó monarca de la Asociación Mundial de Boxeo, convirtién­dose en el primer mexicano en ser campeón en dos divisiones. “El Púas”, apodado así por el corte de cabello que usaba, es inmortal, tiene su nicho en el Salón de la Fama del Boxeo en Canastota, Nueva York.

Olivares, de ganar cantidades millonaria­s que le permitiría­n una vida lujosa, una mala admiración provocó una hecatombe en sus finanzas para vivir en la actualidad modestamen­te. Es una historia que se repite constantem­ente entre los boxeadores.

Rubén Olivares Ávila es una de las luminarias más grandes de México, una joya del boxeo, el mejor peso gallo mexicano, la categoría reina en nuestro país. En cuanto a calidad y carisma únicamente es superado por Julio César Chávez. Mérida, mayo de 2024

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