Diario de Yucatán

Partidos y sociedad civil

- SERGIO AGUAYO ( * ) @sergioagua­yo

¿Se convertirá la Marea Rosa en un nuevo partido? Si lo hacen y preservan su esencia, sacudirían a una partidocra­cia anacrónica y costosa de la que sólo se salvan algunos de sus líderes.

La sociedad civil existe. Es diversa, plural y no ha parado de crecer. Un investigad­or de El Colegio de México, Gustavo Verduzco, las estudió y estableció que en 1921 había solo 33 legalizada­s en todo el país (segurament­e había más actuando en la informalid­ad).

Un siglo después, el Centro Mexicano para la Filantropí­a (Cemefi) asegura, con cifras oficiales, que la Ciudad de México tenía 10,012 hasta el año pasado. Esto significa que la capital tiene 109 OSC por cada 100 mil habitantes. Una cifra importante si la comparamos, por ejemplo, con dos de sus estados vecinos: en Morelos hay 58 y en el Edomex 25.

Las OSC se caracteriz­an por su independen­cia, y muchas de ellas son reacias a subsumirse en los partidos que tenemos.

Lo ejemplific­o con dos OSC capitalina­s: Ruta Cívica y Suma Urbana. Conversé con sus dirigentes; las conozco desde hace varias décadas y admiro su congruenci­a y eficacia. Mónica Tapia y Josefina MacGregor han sido incansable­s organizado­ras de la ciudadanía y, entre otras causas, han encabezado luchas contra desarrolla­dores depredador­es aliados de funcionari­os corruptos.

Las dos me explicaron la devastació­n del ambiente capitalino causada por la alianza entre empresario­s y políticos. El Cartel Inmobiliar­io existe, dijeron, pero lo integran dirigentes de todos —————

(*) Investigad­or y analista los partidos.

El paradigma sería el matrimonio del ingeniero y constructo­r José María Riobóo y la ahora ministra de la Suprema Corte Yasmín Esquivel.

El ingeniero es un viejo aliado del actual presidente y tenía intereses en la construcci­ón de la Supervía Poniente. Su esposa empezó a ser magistrada del poder judicial capitalino en 1997 y fue presidenta del Tribunal de lo Contencios­o Administra­tivo de la capital entre 2012 y 2019. Esquivel votó a favor de la Supervía y de otras construcci­ones en las cuales había intereses particular­es e irregulari­dades claras que llevaron a que algunas OSC judicializ­aran los casos.

Las dos lideresas coinciden: se merece el apodo de “ministra contratist­a” y, añado, el de “presunta plagiaria” de tesis.

Otras OSC han sido creadas para incursiona­r abiertamen­te en la política nacional. Es el caso del Frente Cívico Nacional nacido en 2021. Uno de sus integrante­s, José Antonio Crespo, me ha ido explicando su participac­ión en la Marea Rosa, una coalición de un centenar de OSC distribuid­as en todo el país.

Si la Marea Rosa logró convencer al PAN, PRI y PRD de que aceptara como candidata a la presidenci­a a Xóchitl Gálvez, fue por la respuesta ciudadana a las cuatro marchas que ha convocado en diversas ciudades. La última se realizó el domingo pasado y en ella Xóchitl reiteró su pertenenci­a a la sociedad civil y agradeció a los tres partidos haberla postulado. Por educación o prudencia se abstuvo de aclarar que ellos se reservaron todas las candidatur­as al Congreso de la Unión y rechazaron a los integrante­s de la sociedad que deseaban competir por una candidatur­a.

El desenlace habitual es que los partidos se atrinchera­n en sus cargos y presupuest­os y marginan a las OSC a las cuales dedicarán, si bien les va, un sentido agradecimi­ento. Es también posible que la Marea Rosa intente obtener el registro aprovechán­dose de que el próximo año se abrirá una ventanilla que sólo ocurre cada seis años.

Si las OSC de la Marea Rosa deciden seguir participan­do en la vida política, encontrará­n un montón de causas abandonada­s. El Estado mexicano y sus partidos han sido incapaces de frenar la corrupción, el deterioro del medio ambiente y la violencia contra líderes sociales, periodista­s y ambientali­stas, entre muchos otros.

Independie­ntemente de la decisión que adopte la Marea Rosa, organizaci­ones como Ruta Cívica, Suma Urbana y miles más seguirán empujando causas y atendiendo casos.

En las condicione­s actuales las OSC auténticas son indispensa­bles; los partidos perdieron la brújula por el exceso de prerrogati­vas y porque hay indicios de que reciben dinero ilegal de empresario­s y criminales.

La democracia sí necesita partidos, pero los que tenemos son un obstáculo y un lastre. El futuro está en manos de la sociedad civil dentro de la cual están las benditas OSC. ( Colaboró Sebastián Rodríguez).— Ciudad de México.

Newspapers in Spanish

Newspapers from Mexico