Roberto Carlos comparte sus "Emociones"

“Yo no soy de hablar, y entre otras cosas… ¡Yo sé cantar!”, con estas palabras que dan el aval de sus 53 años de trayectoria profesional, el cantautor brasileño Roberto Carlos dio la bienvenida al público en la velada romántica que registró un lleno total en el Auditorio Nacional.

Como dicta el título de su gira Emociones, dio inició con este tema. Con su interpretación suave, romántica y con toques, cuando se requiere, de melancolía, incluyó en un repertorio de poco más de 22 canciones, la canción Esa mujer que interpreta a dueto con Alejandro Sanz, de su nuevo álbum Amor sin límite, el español lo acompañó en espíritu, su canto se escuchó en off y con imágenes en las pantallas.

Roberto Carlos, a sus 77 años, ataviado en un traje elegante en tonos azul claro y camisola blanca sin corbata, apareció pasadas de las 20:38 horas, luego de una obertura musical conteniendo sus éxitos que no pierden vigencia como son Amada amante, Un millón de amigos, Jesucristo, Amigos y Un gato en la oscuridad, se dirigió a la audiencia que desde que apareció se mostró frenética hacia su persona.

“Buenas noches, qué placer, qué gusto de verlos, agradezco a los que de alguna forma ya vieron el show o los que apenas lo apreciarán. Ciudad de México de tantas emociones de mi vida, de tantas cosas lindas que siempre vivo, gracias siempre por su cariño y amor; todas estas cosas lindas que siempre termino diciéndole a ustedes aquí en el Auditorio Nacional, principalmente esta casa como de todos los artistas que vienen a México. Cosas siempre bonitas estoy recibiendo de ustedes y siempre que empiezo este show quiero decir muchas, muchas cosas bonitas”. El compositor e intérprete que en algunos temas combinó el español con el portugués, al referirse a la melodía Lady Laura expuso que en el pasado la cantaba feliz, ahora no; y sin embargo, es una oda a su señora madre a quien se la creó y dedica hasta el día de hoy; mientras que con Yo te propongo como Concavo y Convexo, se refirió al tema del sexo, pero esencialmente sexo con amor. Un final encumbrado con el obsequio de rosas de parte de él para su audiencia más cercana al escenario.