El pasado
6 de junio vivimos el proceso más importante de nuestra historia, donde se registró una participación sin precedentes en una elección intermedia, con más de 51 millones de personas que acudieron a las urnas.
Fue una jornada atípica, nos enfrentamos a una elección de Estado, que estuvo marcada por la intervención de la delincuencia organizada, ya que 91 candidatos y aspirantes fueron asesinados, de los cuales más del 70 por cienro son de los partidos de la oposición, así como cientos de militantes del PRI, fueron privados de su libertad durante la elección.
Morena está preocupado, sabe que no ganó legítimamente, pues fueron usados programas sociales y recursos públicos con fines electorales, los cuales se incrementaron en más de un 233 por ciento ya que se gastaron más de 171 mil millones de pesos durante el proceso.
De igual manera, la semana previa a la elección se aplicaron poco más de 40 millones de vacunas, cifra que se redujo en un 25 por ciento la semana posterior a la elección, en la que Morena perdió interés sobre la salud de la gente.
Para el PRI, el avance fue contundente, por ejemplo, en la Ciudad de México ganamos 9 de 16 alcaldías, lo que equivale a la población junta de Colima, Baja California Sur, Campeche y el 50 por ciento de Tlaxcala y ganamos ciudades importantes en estados como Nuevo León, Coahuila y Estado de México. Mientras el PRI obtuvo un 10 por ciento de votos más que en 2018, Morena perdió casi un millón de votos, pese a que las encuestas, al principio del proceso, nos colocaban en las gubernaturas entre 15 y 20 puntos abajo, logramos votaciones muy cerradas como es el caso de Campeche, impugnada debido a la cerrada votación.
El PRI tendrá más diputados federales, más de 140 diputados locales y gobernará más de 500 municipios, debe sumarse que seguimos siendo un partido nacional, somos el único partido de oposición en conservar su registro en todas las entidades.
Otro tema a revisar con gran detalle es el avance en materia de igualdad, donde habrá que reconocer el trabajo del INE y sobre todo la valentía de las consejeras que lograron aprobar diversos acuerdos que nos hicieron garantizar la paridad en las gubernaturas.
Al final en democracia se gana o se pierde, lo importante es aprender las lecciones de la elección.