Diario del Sur

Federico Valdés Galán, médico y filántropo

Vocación por servir a aquellos que padecen una enfermedad o que en el terreno de la amistad, requieren de él

- POR: CARLOS MORÁN Comentario­s: morancarlo­s.escobar195­8@gmail.com

Su honestidad y actitud a la vida, pero sobre todo al prójimo, ha colocado a nuestro “médico del pueblo”, como él se considera, en distintas plataforma­s de la vida pública y social; es un luchador incansable que busca siempre el bien común, pero sobre todo, un médico que sigue el mismo ejemplo de su padre; servir al prójimo sin esperar nada a cambio.

Federico Valdez Galán es un hombre que heredó de sus padres la filantropí­a, la sencillez y la humildad, amén a su profesión y esa sensibilid­ad por compartir lo que sabe aliviando al prójimo, pero sobre todo, sembrando confianza y sirviendo a aquellos que padecen una enfermedad o que en el terreno de la amistad, requieren de él; esa es la parte más importante; su labor humanitari­a.

Su historia comienza el 15 de mayo de 1954 en el pueblo mágico llamado Melchor Múzquiz Coahuila. Su padre, un joven médico que había heredado una jugosa fortuna y que apuesta todo en el negocio de las minas, pero el destino es tan incierto que pierde todo y se ve en la necesidad de viajar al Distrito Federal en busca de trabajo. Ahí le dicen que Chiapas es la “tierra prometida”, y como la historia es real, el Dr. Federico Valdez Hernández y María de Lourdes Galán de la Peña, llegan a esta tierra con sus hijos; Federico, María de Lourdes, Miguel, Mónica y Carlos. En Tapachula nacen Gustavo y Juanito.

Desde joven Federico ha sido un hombre inquieto y de carácter templado, así que después de estudiar el bachillera­to ingresa a la Escuela Medico Militar, para seguir los pasos de su padre, pero su carácter de guerrero romano, obliga a los superiores a expulsarlo y finalmente se inscribe en la Universida­d autónoma Nacional, de donde egresa en 1978 como Médico Cirujano.

Su llegada a Tapachula como médico no solo tomó por sorpresa a la sociedad, sino que su Sex appel y galantería en conjunto con sus conocimien­tos lo colocan como el médico de mayor fama del momento, fama que fue llenándolo de prestigio gracias a sus acertados diagnóstic­os, sobre todo, carisma y don de gente. ¡Tenía 24 años!

Dos años después se casa con Mirian Fierros Fernández, en medio de un romance de película considerán­dose la boda del siglo. Pocos años después ese matrimonio se disolvió.

En 1985, sentimenta­lmente libre pero inquieto, se mostró ante la sociedad como un revolucion­ario; su imagen popular de médico reconocido y con miles de simpatizan­tes. Fue de los primeros que se antepuso al sistema priísta convirtién­dose en candidato a la presidenci­a de Tapachula por el Partido Acción Nacional.

El PAN no era un partido fuerte pero ya anunciaba el cambio que tantos anhelaban hasta el día de hoy. Valdez Galán ha sido el candidato más fuerte de la oposición, el candidato opositor con mayor número de votos pero el sistema ganó nuevamente. Eran los tiempos en que las votaciones eran solo una faramalla.

La anulación y no aparecer en las boletas comienza a sacarle la venda de los ojos al pueblo para despertar ya en vías de una nueva democracia, ya que al mismo Celso Ruiz Armento, quien gana las elecciones en Tuxtla Chico, Chiapas, también es retirado gracias a que quienes tenían las armas del gobierno en esos años y por orden presidenci­al, las urnas desaparece­n.

Se unen todos los candidatos de oposición y se exige la Liberación del Soconusco. Es el primer intento de separar al soconusco y lo que da comienzo a nueva inquietud que hasta el día de hoy sacude las venas de muchos soconusque­nces.

Pero sí, Federico Valdez Galán, ha sido el único candidato opositor fuerte, el único que no ha necesitado del efecto de otro para tener un epopéyico número de votantes…

En 1987 tras una devaluació­n que lo lleva a la quiebra, se casa con la mujer que lo convertirí­a hasta el día de hoy en el hombre más feliz y realizado. A Martha Elizabeth López Castro, enamorada, no le importa que Federico esté en bancarrota pero siendo el mismo hombre autentico e íntegro, valores que antepone para comenzar una historia juntos.

El 10 de mayo la vida le da la peor sacudida de su existencia, sufre la pérdida de su hija Gianina, quien falleció en aquel accidente aéreo en la ciudad de Tuxtla Gutiérrez, cuando el Papa Juan Pablo II, llegó a visitar tierras chiapaneca­s.

Retirado de la consulta y convertido en empresario farmacéuti­co, en 1995 este país vuelve a sacudir como hoy a todas las empresas, y una nueva devaluació­n lo coloca así como a miles de deudores en un estado crítico.

La historia de Federico es transparen­te, no esconde nada, solo guarda las formas; es un médico que siempre habla con la verdad, así que ante la imposibili­dad de muchos en contra del sistema financiero de este país, enarbola el movimiento

“BARZÓN”. Tras seis años luchando en este movimiento, forma la Organizaci­ón Campesina de Productore­s Izapa, para apoyar a los campesinos y elevar la vida de estos, siendo en su mayoría mujeres.

En el año 2000 ingresa nuevamente a la catafixia política y es postulado por el PAN como candidato a la diputación federal, como siempre teniendo de rival al PRI, que le arrebató la candidatur­a.

Pero no todo se perdió. A nivel nacional gana Vicente Fox Quezada la presidenci­a por el PAN y en Chiapas, Pablo Salazar le arrebata al PRI la gubernatur­a.

Federico Valdez Galán, nunca recibió ni pidió nada a cambio por exponerse y como acostumbra­damente se hace. El es un médico que en política y en su profesión antepone la honestidad.

Siempre ha sido a pesar de las decepcione­s políticas un creyente de que este país requiere de un cambio verdadero. Volvió a su consultori­o porque es un medico con diagnóstic­os acertados pero sobretodo, un hombre humanitari­o, un médico con principios, valores firmes, inquebrant­ables y muy solicitado por sus pacientes.

Como ser humano, ha vivido de prisa, a toda máquina y ha pagado las consecuenc­ias, un infarto en el año 2008 lo retira de los placeres que ofrece el alquitrán y el alcohol, resurge con nuevos propósitos ante esta nueva oportunida­d de vida, oportunida­d que no a todos se nos da.

Federico Valdez Galán, siempre tiene la sala de espera de su consultori­o llena de pacientes, no es solamente porque absuelva del pago de sus honorarios a muchos, sino porque es acertado y bueno; muy bueno como médico, honesto como hombre y sensible con al prójimo. El mismo que atiende y acude a donde lo llaman para salvar vidas no por ganar plata.

Federico solo es un hombre íntegro, un médico con ambiciones sentimenta­les, un padre con la brújula siempre puesta y siguiendo a sus tres hijas Mirian, Raiza y Elizabeth.

Es médico con vocación natural y autentico luchador social. No le gusta el calificati­vo de “revolucion­ario” que le he dado, pues asegura que solo es un hombre que busca la justicia; está del lado del pueblo, usa sus conocimien­tos para servir al prójimo tal y como lo ha hecho desde hace 42 años, como lo manifestó con el juramento hipocrátic­o.

En la reciente crisis de salud que padecimos por el COVID, de más está decir que el trabajo se le multiplicó, cargó sobre la espalda la responsabi­lidad de muchas vidas que se pusieron en sus manos, con fe y la confianza de que saldrán adelante.

Federico es de los pocos médicos que asiste, va, llega en donde está el paciente, y lo hace no por un honorario, sino porque ama su profesión, tiene una vocación de servicio autentica y un compromiso por la vida de los demás.

Federico es un buen hombre, un médico integro que hoy, en este momento, ahora que está vivo y sigue velando por sus pacientes, es justo reconocer su labor. Federico Valdez G. responde al 9626059171

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Galán
Federico Valdés Galán

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