Cadáveres sin ficha irán a la fosa común
Un centenar de cuerpos han permanecido meses en el Semefo; 35 estarán en una cápsula del tiempo
En un sombrío escenario que refleja la trágica realidad de la violencia, más de cien cuerpos se encuentran en el Servicio Médico Forense (Semefo) de Tapachula, Chiapas, de los cuales, 35 serán llevados a la llamada fosa común.
Este macabro número compuesto mayormente por personas cuyas vidas fueron cegadas por balas permanece en el limbo de la identificación, sumido en el silencio de quienes lloran y quizás por temor a la delincuencia no los reclaman.
El Semefo ubicado sobre la carretera Costera es testigo mudo de esta desgarradora realidad que desde noviembre de 2023 hasta abril de 2024 reunió a 100 cuerpos. La mayoría de estos privados de nombre y rostro, por lo que aguardan una edificación que se erige como un macabro monumento a la violencia sin resolver que azota la región.
La inauguración de este recinto forense en el año 2009 fue recibida como un rayo de esperanza en medio de la oscuridad que envuelve a la Costa de Chiapas; sin embargo, con el paso del tiempo su utilidad ha adquirido tintes sombríos, reflejando el aumento alarmante de homicidios y la incapacidad para identificar a las víctimas.
El ministro de Justicia del Estado, Amador Rodríguez Lozano, presidió la apertura de estas instalaciones el 2009, construidas sobre una extensión de tres hectáreas donadas por el Ayuntamiento de Tapachula.
A lo largo de los años, el Semefo ha sido testigo de avances en técnicas de identificación forense. El personal de Servicios Periciales a cargo de esta labor utiliza una variedad de métodos, desde la toma de muestras de ADN para integrar documentación exhaustiva de cada caso; sin embargo, el aumento en el número de cuerpos no identificados plantea desafíos que aún no han sido superados.
LA CÁPSULA DEL TIEMPO
La llamada cápsula del tiempo es un recurso utilizado para preservar la información y las señales particulares de cada cadáver, se convierte en un testigo silencioso de la tragedia que se desarrolla en estas instalaciones.
Esta cápsula junto con los restos humanos espera en las fosas comunes listos para ser descubiertos por generaciones futuras en un intento por arrojar luz sobre un oscuro hecho de la historia de Chiapas.
La identificación que se hace mediante perfiles genéticos se erige como un faro de esperanza en medio de la oscuridad. A pesar de las condiciones adversas en las que se encuentran algunos cuerpos, la ciencia forense ofrece la posibilidad de devolverles la identidad y, con ello, una pequeña dosis de justicia para sus familias.
Pese a todos los esfuerzos, la cifra de cuerpos sin identificar sigue en aumento como un sombrío recordatorio de la violencia que asola la región.
Sin duda, en el Semefo de Tapachula los refrigeradores albergan silenciosos testimonios de vidas perdidas y nombres olvidados a la espera de una justicia que aún no llega.
De todos los cuerpos que alberga el Semefo de Tapachula, 35 serán llevados a la fosa común de los municipios en donde han sido encontrados, siendo los fiscales del Ministerio Público quienes se encargan de realizar el trámite para poder llevar los cuerpos a su última morada.
Esta cápsula es llevada junto al cuerpo y durará 10 años y si aparece un familiar y los reclama será fácil su identificación.
35
que no han sido identificados se van a la fosa común y estarán en una cápsula del tiempo
La mayoría pereció por arma de fuego y quedan en el limbo la identificación sumidos en el silencio de quienes solo les lloran